El sabor amargo
las nubes negras
y la noche.
El invierno helado en mis huesos
la mentira más grande:
mi sonrisa.
El café frío
la cena sin terminar
los vacíos
y la impotencia de no poder evitar
tener que pronunciar
observar, digerir
un adiós que corroe
un abrazo que se lleva más de lo que deja
y las lágrimas que no caen.