㤃 ﹅﹕ drunk

多病 🚇⠀FRENESÍ

Ambos cuerpos se encontraban rozándose con intensidad, mientras apasionados besos eran propinados, el calor volvió a fluir entre Stan y Craig, el cuerpo mojado de Tucker volvía loco a Marsh, quien no dejaba de besarlo.

—Si no estuviese ebrio, no sería capaz de esto —Susurro, besando el cuello del contrario. —Con toda mi cordura encima sería incapaz de tocarte Tucker, de hacerte algo que no deseas, pero verte así me hace pensar lo contrario, te ves tan hermoso.

Una vez fuera de la bañera, Craig fue empujado a su cama y Stan se posiciono sobre él, volviendo a incrementar el roce de sus erecciones, cabe destacar que el menor solo portaba una camisa totalmente abierta, deleitando a su compañero, quien no perdía oportunidad, beso su pecho, bajando lentamente con pequeñas y húmedas lamidas.

—S-Stan... —Volvió a jadear, su caliente respiración golpeaba en sus piernas. — ¿No crees que te toca a ti disfrutar? Te lo mereces, mereces un premio por tu sinceridad.

El menor asentía entre gemidos, mientras su erección era apresada por la caliente mano de su compañero, engullendo su pene, deleitándose de los deliciosos sonidos provenientes de los labios de Stan.

—Tan caliente... —Susurraba inaudiblemente el azabache, aunque no se percataría de que Stanley lo estaba escuchando, y sentía que su corazón se aceleraba fuertemente—Tan lindo...

El mayor prefirió callar y decir más nada, sabía que en cualquier momento se pisaría, terminaría confesándole su amor a Marsh, no quería saber cómo terminaría eso.

Metió con prisa el miembro de Stan en su boca, lamiéndolo a su gusto, masturbándolo con rapidez, el susodicho poso su mano en la cabeza del contrario, mientras movía sus caderas, follandole la boquita a Tucker, quien intentaba acostumbrarse a los frenéticos movimientos de su amante, quería otorgarle todo el placer necesario, todo por esta noche, ya que al otro día, no recordaría absolutamente nada y pasaría a ser pasado, algo olvidado.

Lamio la base hasta el glande, succionándolo con fervor, los gemidos del contrario no dudaron en volver a llenar la habitación. La mano traviesa de Stan acariciaba sin vergüenza el trasero del mayor, tanteando sonoramente la entrada del mismo, arrancándole jadeos, metió un dedo sin previo aviso, haciendo que este gimiese en el pene del contrario, provocando una vibración en este.

Ambos siguieron con sus labores, hasta que notaron que estaban preparados, un poco de nervios se instalaron en el estómago de Craig, sintiéndose extraño pero a la vez excitado, era una rara mezcla, pero no quería dejar de sentirla. Y simplemente Stanley estaba caliente, su mayor lo había tentado demasiado esa noche, que no iba a dejarlo ir tan fácilmente.

—Siéntate sobre mí, Craig—Demando el menor recostándose sobre la cama. —Quiero ver cómo te empalas, quiero ver cómo me deseas al igual como yo te deseo.

Tucker no respondió, simplemente cumplió la orden del contrario, con todo el dolor del mundo, introdujo lentamente el miembro de Stan en él, un inmenso calor abordo su cuerpo, llevándolo al limbo, una vez completamente dentro con brusquedad se sentó en las piernas de Marsh, sintiéndose lleno.

—Móntame... —Ordeno el azabache, mientras sus manos fueron a parar a las caderas del contrario, el mayor se movio en círculos. —C-Craig... carajo.

— ¿Así? —Pudo formular, mientras su cara reposaba en su hombro, mientras gemía dulcemente en el oído del contrario. —Stan...

Las embestidas se volvieron más profundas, los gemidos de ambos eran callados por la unión de sus labios, el placer era máximo para Craig quien no dejaba de morderse el labio con fervor, mientras Stanley golpeaba sin piedad su próstata, transportándolo al cielo.

Esa noche había sido mágica para ambos, Tucker tenía una expresión boba en su rostro, un tonto enamorado y Stanley un cobarde apresado por el miedo.

Si Craig supiese que Stan no estaba borracho del todo, hubiese notado rápidamente lo que pasaba... Pero a Marsh le quedaba fingir como única opción.

Solamente había sido sexo, no significo absolutamente nada.

¿O sí?