B A K U G O.

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10. Katsuki Bakugo.

Sabía que una vez se le declara a Bakugo, le aceptara y pasaran a ser una hermosa pareja feliz más de una persona comenzaría a preguntarle cómo fue que comenzó a gustarle y qué podía ser, probablemente todos cuestionarían sus gustos, porque claramente nadie en su sano juicio se fijaría en un sádico de primera que lo único que sabe es tratar mal a la gente y tener un ego más alto que un rascacielos.

Pero también sabía que nadie conocía a Bakugo como él lo hacía, nadie lograba ver el verdadero Katsuki debajo de toda esa fachada de chico rudo.

Desde el primer momento en que logró entablar una conversación con él supo que había algo más, fue por eso que se prometió que encontraría algo bueno debajo de esa locura aunque fuera lo último que hiciera.

Y vaya que lo logró.

Bakugo siempre fue una persona que esperaba que alguien llegara a derribar sus muros, Kirishima lo tenía presente cuando intentaba decirle que no cada dos segundos, pero su mirada decía otra cosa.

Y si alguien le cuestionaba, fácilmente podía decir que ellos no conocían al Bakugo que le ayudaba a estudiar por más difícil que fuera, ni tampoco el que le aceptaba en su habitación cuando necesitaba un abrazo, ni mucho menos el que salía casi todas las noches a encontrarse con su persona en los balcones porque necesitaba un poco de fortaleza que muchas veces olvidaba que tenía por su cuenta.

Fue por eso que sintió que la lista le había dado la fuerza para poder declararse, porque le recordó todo lo que bueno significaba Bakugo en su vida y de por qué le gustaba tanto.

— Tú eres mi décima.

— ¿De qué mierda hablas ahora, bastardo? Deja de joder.

Bakugo había rodeado su cuerpo dispuesto a seguir su camino al dormitorio, pero antes de que siguiera avanzando Kirishima le tomó del brazo para impedirlo.

— ¿Podemos hablar?

— Estamos hablando.

— Me gustas.

La resistencia se detuvo, pero al contrario de todas las expectativas que tenía, el rubio comenzó a reír de manera sarcástica, liberando su brazo de la mano de Kirishima, quien sólo podía mirarlo estupefacto, sin lograr entender la reacción del rubio.

— Buena broma, cabello de mierda, ¿ya es el día de los inocentes?

— ¡No es broma! ¡De verdad me gustas! ¡De manera romántica y varonil!

— Kirishima, basta.-Bakugo le miró con el ceño fruncido una vez se acabó todo rastro de su anterior risa.— sé que eso no es verdad.

— ¿Cómo puedes saber eso? Son mis sentimientos, yo sé cómo me siento.

—Sé que no es cierto porque desde hace tiempo me vienes pidiendo consejos para gustarle a alguien, no puedes olvidar a una persona tan rápido para que te guste yo.

— Eran consejos para gustarte a ti.

— ¡Pero si hasta me hablabas de chicas! ¡No creas que voy a caer en tus juegos de mierda! ¡No cuando cada dos segundos me preguntabas por chicas inexistentes!

— ¡Lo hacía porque necesitaba saber si eras hetero o tenía una oportunidad contigo!

— ¿Quién mierda te dijo que yo era hetero?

— ¿No lo eres?

— Digamos que no tengo atracción alguna por gente inferior a mí, no me interesa si es bastarda o bastardo.

You make me happy  || KiriBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora