10 - Ley de atracción

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—!¿Que?!

Fue lo que salió de los labios de Thalía al verme llegar a su casa y tener a Heber tras de mí. Nos hizo entrar, nos acomodamos y le conté lo sucedido.

No podía creer que Lena estuviera embarazada de Jess, los trato de la peor forma posible y le dimos la razón.

Me presencié tranquila, le aseguré que Heber estuvo en todo momento a mi lado, es la verdad, pero no quería preocupar más a mi mejor amiga, y con ello viendo que me entiende quedo más tranquila.

Le solté la bomba.

—Me voy por un tiempo lejos de la ciudad. Con Heber.

—¡¿Qué?!

Volvió a decir. Nos mantuvimos serios, pero yo estaba segura.

Ella como mejor amiga trato de "abrirme los ojos", delante de Heber; que a su punto de vista íbamos rápido, que si estaba segura de ir, pros y contras, pero era mi mejor amiga, se preocupaba y quería cuidarme, aunque le dijera que no tenía por qué hacerlo.

Accedió de todas formas que hasta entusiasmada me ayudo a arreglar mi maleta, mientras Heber revisaba su celular en el salón.

Antes de salir de la habitación, me reprendió como una madre a su hija en su primera salida lejos de sus padres.

Que me llamaría todos los días, o por lo menos mensajes para no joder tanto, que cada cosa que pasara o hiciéramos le mantuviera informada.

Que si necesitaba volver, dinero, ir a mi destino, algún documento o lo que fuese que ella estaría para mí.

Se lo agradecí, porque a pesar de no ser hermanas biológicas, es la hermana mayor que siempre me hubiese gustado tener, que de igual manera la tengo, y vale decir que la admiro y la aprecio mucho más que a la mayor de mi propia sangre.

Antes de largarme se encargó de amenazar a Heber, cualquier cosa que me pasara sería él, el responsable y respondería de los hechos.

Nos dirigimos a su alquiler, ahí me informó que mientras esperaba en casa de Thalía reservo pasajes en avión y saldríamos mañana por la tarde.

Mi emoción era grande, porque nunca había viajado en avión, no le temía a las alturas, pero si me coloqué nerviosa de solo pensarlo. Tan rápido fue todo que no pude planear hacer mi librito de viajes que tenía en mente cuando era pequeña. Es ahí cuando las cosas llegan cuando menos lo esperas.

Descansamos en habitaciones diferentes, y al día siguiente despertamos al mismo tiempo, fuimos a desayunar al restaurante del "hotel, casino" ya no sabía ni lo que era, pero ya no tenía ganas de comer.

Heber me acompañó a hacer legales unos documentos y al final aparcó en el estacionamiento donde trabajo, y aparecí en la agencia para y entregarle a mi jefe mi renuncia voluntaria, aceptando todo lo que a su favor correspondía, Joyce me comprendió y aceptó mi decisión, ofreciéndome volver cuando lo necesitara.

En el aeropuerto hicimos el papeleo, yo siguiéndolo porque no tenía idea de nada, no entendía el proceso y estaba totalmente perdida, luego nos sentamos en sillones muy cómodos en la sala de espera.

—Vamos a buscar algo para comer. —me animó.

—Ok, porque tengo un hambre horrible.

Nos dirigimos a un Mc que había ahí, Heber no halló perderse una hamburguesa signature antes de subir al avión, yo por otro lado preferí papitas.

Buscamos una mesa, y a los diez minutos aproximados lo llamaron, su pedido estaba listo. Todo el apetito se me quitó de inmediato, tenía demasiada hambre, y luego de ver tanta comida se me había cerrado el estómago.

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