Suspiro al darme cuenta que estoy despertando, siento el torso de Heber a mi lado y sonrío mientras me estiro para sacar la tensión de mi cuerpo adormilado.Abro los ojos y borrosamente veo su silueta, está sonriendo y froto mis párpados para verlo mejor.
Ya está vestido y por lo que veo se ha bañado porque tiene el pelo húmedo y revuelto.
—Buenos días. —me saluda.
—Muy. —recalqué. —Muy buenos días.
—Nunca te había visto dormir. —comentó. —Y me encanta cómo te vez.
—Me da vergüenza de saber que me mirabas mientras dormía.
—Tu teléfono ha estado sonando, aproximadamente unas cuatro veces.
Lo miré un poco confusa y me acomodé con los codos para mirar la habitación y encontrar mi celular. Heber con su mirada y un movimiento con los labios me mostró en dirección a una mesita de arrime, ahí se encontraba mi celular, me dirigí hacia el.
—Joyce Winchester. —habló Heber. —¿Tu ex jefe?.
Me pregunté para qué llamaría sabiendo que no estoy en la ciudad, menos querer un trabajo, o no estaba seguro pero a lo mejor había un error en mi renuncia, tendría que llamarlo, pero lo haría más tarde.
—¿Que hay de desayuno?.
Pregunté mientras me giré hacia él.
—Pensaba llevarte a una cafetería aquí abajo. Tiene buena calificación. —comento.
—¿Puedo ducharme, antes?.
—Claro que puedes, ocupa el de aquí de la habitación. Te la enseño.
Había ido al baño de invitados en la madrugada. Este baño era el triple de grande, paredes de piedra natural, con jacuzzi incluido y una ducha donde caen cuatro personas si es que no dos más, son ventanales grandes y bajo el lavamanos de mármol negro hay un aparador de pino.
Me informó que había toallas en el mueble y me dejó sola.
Ahí encontré un champú de hombre y con eso me conforme, me bañé lo más rápido porque estaba empezando a abrirme el apetito. Me envolví con una toalla, por cierto todas blancas, agarré mi ropa y salí lentamente por si él se encontraba en la habitación, pero no estaba.
Me vestí con lo primero que pillé por encima de mi maleta, sequé mi cabello y encrespé mis pestañas para no verme con tanta cara de culo.
Salí por el pasillo y lo encontré mirando el frigorífico de la cocina, de chismosa y mirona vi que tenía packs de cervezas, algunas botellas de agua y envases vacíos.
Salimos del edificio, aquí se notaba un poco el viento frío de otoño, caminamos una media cuadra y entramos a la cafetería.
Lo más bello del desayuno, cosa que nunca había visto fueron las letras que habían escrito sobre la espuma de mi café, tuve que capturarlo en una foto y subirlo a redes sociales.
Luego de desayunar y de que al irnos el mesero me haya regalado una rosa por amabilidad volvimos al departamento. A buscar otro auto, uno más considerable que el fabuloso cadillac pero de todas formas era otro automóvil.
En el nos movimos al supermercado.
Mientras revisábamos enlatados tuve dudas que no podía omitir.
—¿Puedo preguntarte algo Heber?. —mientras empujaba el carro.
—Lo que sea. —respondió mientras estaba concentrado buscando.
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Sedúceme
RomanceTodo es magnífico para una mujer como Gwenn, cuando ya tiene planeada su vida entera, casarse con Jess y formar una familia. Todo cambia cuando el pasado toca la puerta de su apartamento, en el peor o mejor momento... Su despedida de soltera. (+18)