Al día siguiente yo estaba cabizbajo. Pero tú me dijiste – Tengo algo para mostrarte.- Te miré.
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- Mi lugar secreto.- Me sonreíste tan hermosamente, ¿cómo podría decirte que no?.
Fuimos hacia un edificio cercano al hospital. Subimos al ascensor, comencé a reír porque tú hacías piruetas delante de la persona que estaba supuestamente sola en el lugar. Él no podía verte, sólo intentabas hacerme reír y lo habías logrado.
Me dijiste que en ese edificio vivías tú, justamente en el piso 5 departamento nº 3. Recordaré ese dato.
Me llevaste a la terraza y allí dejaste que observase la ciudad, era una hermosa vista. Ambos nos sentamos en la cornisa con nuestros pies dando al vacío, pero no nos importaba no estábamos tan vivos. No temíamos morir.
Me mostraste un bello ocaso. Me dijiste que allí ibas cuando estabas estresado del trabajo a olvidar todo.
TUM TUM!!!.
Otra vez mi pecho!!! ¿Qué me pasa?.- Pensé.
-Jungkook ¿Estás bien?!.- Me preguntaste.
-Ah!!! Si si no pasa nada, ya es hora que regresemos al hospital.- Te dije.
Y eso hicimos.
Nos despedimos y cada cual entró a su habitación.
Comenzaba a preguntarme porque nadie te había visitado hasta ahora. Mi padre, mi madre, mi hermano y un par de amigos me visitaron, pero a ti…nadie.
Perdido en mis pensamientos escuché tus llantos. Rápidamente traspasé esa pared que nos separaba.
Tu habitación era un caos. Enfermeras corriendo, un doctor tratando de reanimar a tu compañero de cuarto.
-Es imposible, él ya se fue.- Me dijiste llorando.-Mi amigo se fue Jungkook. No lo veré nunca más.-
Corrí a abrazarte, me rompía el corazón verte llorar. Tú fuiste hecho para sonreír.
-El volvía cada noche a la habitación para charlar conmigo, me decía que le recordaba a su hijo.- Me dijiste mientras llorabas. – apareció una luz blanca en la pared y él solo se fue, sólo desapareció Jungkook!!.- Yo seguí abrasándote y acariciando tus cabellos, dejé que te desahogaras.
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-No quiero desaparecer.-
-No lo harás.- Tomé tu rostro entre mis manos, besé tu frente.
-No vamos a desaparecer, vamos a despertar, ya lo verás.- Dije confiadamente.
Te abracé nuevamente.
Yo también estaba muy asustado.
No soportaría verte desaparecer.
