¿Embarazada? / Capítulo 11

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... Sakura

En ese momento los dos nos quedamos inmóviles, algo se acercaba; Naruto me jaló hacia su pecho protegiéndome de lo que venía más adelante.

— Sakura-chan, no te muevas.

Fue extraño ver a Naruto de esa manera, su voz había cambiado notablemente, tanto que a mí también me produjo miedo, no hacia el papel de tonto bajo estas circunstancias.

— Buenas noches, ¿interrumpo algo? Yo sé de alguien no sería feliz si estuviera presente.

— ¡Kimimaro!

— Naruto, un gusto verte de nuevo y en tal grata compañía.

Al momento de escuchar ese comentario, Naruto se puso delante de mí.

— Jugándole chueco a tu amigo, eso es muy sucio incluso para mí ¿Sasuke, lo sabe? Puedo apostar a que no.

Ese comentario me molestó, qué falta de respeto tan grave.

— Óyeme, no sé quién eres tú, pero Naruto es mi amigo muy querido, ¿lo entiendes?

Naruto me jaló del brazo para nuevamente dejarme a sus espaldas.

— ¿Mmhm? Esa señorita tiene agallas. Naruto quítate de enfrente que no me dejarás presentar adecuadamente.

— ¿Por quién me tomas? Mejor dime qué quieres y zanjamos este asunto —Le dije.

— Quiero a la mujer de Sasuke para dar un paseo fuera de la aldea, un paseo de no retorno.

Me estaba señalando a mí, él muy cretino, pero qué tarado, mira que referirse a mí como "la mujer de Sasuke", yo quería salir y partirle la cara pero Naruto lo impedía.

— Me crees idiota o qué, eso no podrá ser.

— ¿No? Eso pensé, entonces divirtamos un rato.

Lo que vi no me lo esperaba es tipo se lanzó contra nosotros con toda intención de eliminar a Naruto con una simple espada que había formado con sus propios huesos.

Traté de detenerlo pero me fue imposible.

Por lo que Naruto no lo pensó dos veces y creó a cientos de clones de sombras y uno de ellos me llevó lejos de la pelea escoltada de otros más, a pesar de que no quería dejarlo solo.

— Sakura, por favor, entiende, si te quedas en la pelea lejos de ayudarme lo complicaras todo

— Yo soy muy fuerte — Aclaré.

— No, no dudo de tu fuerza, en ningún momento he puesto en tela de juicio de tu habilidad como shinobi, sólo que ahora tienes que cuidar algo más valioso.

— ¡Naturo! Yo... — Estaba acabada, no tenía forma de rebatir tan firme argumento.

— Vamos — Revolviéndome el cabello como si fuera una niña pequeña — Si tú pides que yo confíe en ti, yo pido lo mismo, confía en mí.

Vi muchas espinas blancas que explotaban a los clones de Naruto tal fueran globos, uno tras de otros y la risa burlona de ese monstro, la impaciencia me agotaba, quería ayudar golpear a ese tarado con mis puños y mandarlo lejos de la aldea.

Cuando se ya no quedaban más que unos cuantos pares de clones de sombra, escuche como Naruto de varias direcciones gritaba y lanzaba su Rasengan, ¿me sorprendió? Claro que me sorprendió, había escuchado de tal técnica, pero nada como verla en vivo, el enemigo quedó tumbado sobre el pasto con heridas bastante profundas, traté de acercarme al Naruto original, pero un clon me detuvo tomándome del brazo.

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