Recuerdos...

Capítulo III

Desperté algo cansado, no tengo ganas de ir a la preparatoria, pensándolo bien, no tengo ganas de nada, tras unos minutos miranda a nada en particular recordé lo que un día me recomendó uno de los pocos amigos que tenía, por no decir la única. Me dijo que cuando me levantará con flojera o con ganas de no hacer nada mordierá un lápiz, lo sé, suena raro y...es raro, pero, creo, vale la pena intentarlo, no pierdo nada. Me levante y fui por un lápiz, no puedo creer lo que estoy apunto de hacer. Después de pensármelo un poco lo lleve a mi boca y lo puse entre mis dientes para después empezar a morderlo e inconsientemente comenzar a reír, no puedo creerlo, de verdad esta funcionando, luego de un rato de morder el lápiz decidí bañarme y cambiarme para bajar a desayunar, noté a mi mamá un poco rara. ¿Será que al fin descubrió que la engañan?, ojala sea eso, para poder librarme al fin de este señor que se hace llamar mi padrastro.

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Hoy decidí ir por otra ruta, tenia ganas de hacer algo distinto, así que sin pensarlo me fui por otro camino un poco más largo, pude observar que un extraño sujeto con apariencia no muy agradable me seguía, decidí caminar más rápido, mejor prevenir que lamentar. Estaba tan concentrado en asegurarme de que no me siguiera que choque accidentalmente con una persona y casi término tirado en el piso.

- Deberías poner más atención al camino - dijo una voz que reconocí al instante.

Rode los ojos en respuesta. A la vez estaba algo aliviado de que una persona estuviera conmigo, ese tipo realmente no me dio buena espina.

Pude observar que ese extraño se acercaba, venía en nuestra dirección. - Vamos pronto o llegaremos tarde - Tome a Dani de la muñeca y empeze a correr en dirección al instituto.

- Que...fue...eso? - pregunto Dani intentando recuperar el aliento.

- Eeh...n-nada, solo quería llegar temprano - mentí.

- Oh, mira, viene Sam. - dijo señalando a un lugar que no podía ver porque estaba detrás de mí.

- Q-que? - me puse nervioso, y para cuando quise reaccionar era tarde, pues sentí como unos brazos me rodearon por la espalda, no puede ser.

- Hola Mati - hablo el pelirrojo.

De nuevo ese apodo. - H-hola Sam - volteé a verlo y tenia una enorme sonrisa, después de la extraña confesión de ayer no puedo evitar estar nervioso ante su presencia. - B-bueno...y-o...me tengo que....ir.... - dije apuntando al pasillo que daba a nuestra aula - A-adiós - me libre de sus brazos y me fui casi corriendo del lugar.

Bien, me tengo que controlar, lo de ayer de seguro fue una broma, no pasó nada entre nosotros, somos sólo conocidos, tal vez amigos.

Sentí como alguien me tomo del antebrazo, a lo cual me asusté.

- Mat, soy yo, tranquilo. - susurró Dani.

- Tremendo susto me diste. - dije volteando a verlo más tranquilo.

- ¿Qué fue lo de ahorita? - cuestionó.

- ¿A que te refieres?

- No te hagas el tonto, obviamente me refiero a lo que acaba de pasar, por qué fue muy obvio que querías escapar de Sam.

- Ah, te refieres a eso.

- Así es.

- Es algo difícil de explicar. - sinceramente me da flojera explicarle.

- Pues tengo tiempo.

Este chico es insistente. - Dani... - ahora que digo - es que...siendo sincero, me da flojera explicarte.