Más allá del recuerdo © (Quédate conmigo 2)

Capítulo 5: Control

Desperté entre las sábanas revueltas, aún dormida, me estiré mientras bostezaba. Podía oír a alguien en la cocina. «Ben», pensé. Nuestra relación marchaba inesperadamente bien, nos habíamos estado viendo seguido e, incluso, habíamos pasado varias de aquellas noches juntos. Contrariamente a lo que creí en un principio, él se implicó mucho, mostrándose cariñoso conmigo. Eso alejó mis temores de que aquello fuera un simple rollo de una noche. Sabía que él tenía un interés en mí y, si mi sueño tenía una mínima parte de realidad, era probable que él quisiera estar conmigo desde hace mucho. Sin embargo, eso no quería decir necesariamente que se tratara de una unión de pareja estable, máxime cuando desconocía el tipo de relación que mi yo pasado había entablado con Ben. Por suerte para mí, parece que la anterior Kira no tenía un amigo con derechos, sino, algo mucho más significativo y podía intuirlo en la manera en que él me miraba. La forma en que me había colmado de atenciones me había tranquilizado, si bien, aún no estaba segura de hacia dónde nos dirigíamos; pero a veces, no es necesario tener todo claro desde el principio. Me apoyé en mis codos mirando alrededor, Ben apareció y fue directo a darme un beso en la frente.

—Buenos días —alcancé a murmurar.

—Buen día —saludó él—, duerme un poco más, es temprano todavía —me sugirió.

Negué con la cabeza con los ojos entrecerrados de sueño.

—No, tengo que volver a acostumbrarme a madrugar para volver al trabajo pronto.

Él se sentó en la cama a mi lado.

—Ya hablamos de esto.

—Necesito trabajar —declaré, mostrando mi faceta más testaruda, posiblemente una que sobrevivió a pesar de mi pérdida de memoria.

—Piensa que tienes unas vacaciones pagadas —me propuso—, más o menos como el mes que todavía te deben del año pasado —argumentó.

—No, tengo que volver pronto.

Por alguna razón, no podía quitarme de la cabeza que debía regresar a mi trabajo a toda costa. Aún si no recordaba nada, no dejaba de tener eso en mente. Y si bien pensé en algún momento que tal vez mi antigua rutina podría ayudarme a recuperar parte de eso que perdí, lo que más me impulsaba es era el presentimiento de que debía estar allí a como dé lugar. No importaba qué me dijeran los médicos, de todas maneras, no habían conseguido dar con nada respecto a mi accidente, y yo iba a exigir el alta médica.

Caminé cargando mi bolso hasta llegar a la entrada de un predio cerrado, parecía un parque, allí había una serie de edificios repartidos por doquier conectados por improvisadas calles de tierra. Sabía a cuál debía dirigirme y también sabía unas cuantas cosas más que Ben me había dicho. Él parecía ser un hombre muy precavido o muy desconfiado, no estaba segura, pero por lo menos ahora tenía una ligera idea de quienes trabajaban en ese lugar. Estaba nerviosa, debía presentarme allí y no sabía cómo iban a reaccionar esos desconocidos. Al menos tenía claro que la primera tarea que tenía que hacer era ponerme el uniforme. «Ojalá eso resolviera el resto del día», pensé mientras me mordía el labio. Francamente esto iba a resultar desgastante, seguramente recibiría un montón de información nueva y tenía que centrarme en tratar de absorber la mayor cantidad, especialmente en lo que a nombres se refería. Lo único que tenía a mi favor, es que percibía que una parte muy mínima de mi memoria estaba luchando por salir a la superficie. Sin ir más lejos, había pasado mucho tiempo practicando el uso de los palitos para comer y aunque los resultados continuaban siendo muy endebles, sentía en lo hondo de mí que estaba avanzando. Era como si mis músculos se hubieran aletargado y no me respondieran de la misma forma, como si hubiera perdido precisión en todo lo que hacía. Al menos, ya no era una cáscara vacía, había algo en mí, pero el problema es que todavía no estaba muy segura de cómo hacer que saliera a la luz. Era una extraña emoción, como si el conocimiento subyaciera en lo profundo de mí y yo tratara de escarbar para encontrarlo. Lo tenía, pero no lo alcanzaba y ya había pasado más de un mes.