Después de varios años, la ahora adolescente "chica de largo cabello verde", se volvía a reunir con su hamaca favorita. Esa misma vieja y muy oxidada hamaca a la que probablemente le quedaba poco tiempo de vida... La cual afortunadamente no habían cambiado todavía, después de todos los momentos importantes en las vidas de chicos que había presenciado.
Uno de ellos, claro, fue el momento en que conoció a Bakugou. Habían pasado nueve largos años desde la última vez que se vieron, y aún así seguía con los mismos sentimientos hacia él que antes. O peor todavía... Con el tiempo, pensando en él y guardando la esperanza de que la siguiera queriendo... Sus sentimientos simplemente habían crecido.
Su corazón latía por él y por la idea de tener un novio por el resto de su vida. Pero temía que el de él no lo hiciera por ella... Ya que no tiene mucho sentido seguir con una relación que duró solo tres días, y empezó a los 6 años de edad.
Su familia y ella solían viajar mucho, por diferentes lugares del mundo. Pero sus padres prefirieron no volver a ese lugar por más que su hija les dijera que tenía a alguien especial allí. Porque iban a dejar de viajar por un tiempo, y ese lugar no les había gustado. Además de que la niña solo había conocido a ese alguien "especial" en tres días, así que no creían que fuera importante.
Pero ella no olvidaba su pequeña promesa de estar juntos por siempre, y solía imaginar cómo luciría y actuaría Bakugou al crecer. Esperaba que estuviera más tranquilo y fuera más dulce y amigable, como lo era ella.
Se cumplían exactamente nueve años desde el día en que se conocieron. Y el ahora también adolescente "chico de cabello rubio con una actitud explosiva", se dirigía a la plaza como lo hacía todos los años; con la esperanza de que su novia lo volviera a visitar alguna vez.
Él sabía que era algo tonto, y se maldecía internamente por eso. Pero sus sentimientos eran algo que le causaba problemas, y que no podía ignorar. Ella había prometido regresar cuando pudiera. Y por más que hayan pasado muchos años, él la seguiría esperando por siempre.
Porque a otra como ella nunca había encontrado. Extrañaba y necesitaba a la rara y tranquila chica a la que había conocido hace un tan largo tiempo. La quería de vuelta, pero que esta vez no se volviera a marchar.
Siempre se culpaba por no haber tomado más besos en la mejilla, por no haberla abrazado cuando tenía la oportunidad. Se arrepentía y odiaba profundamente el hecho de que la trató tan mal en vez de aprovechar que la tenía allí con él.
Cada año en su tonto cumpleaños el cual odiaba, usaba las velas de la torta para desear su regreso.
Y este, era su año de suerte.
Caminaba mirando el suelo, pateando las pequeñas rocas que encontraba en su camino y escuchando música con sus auriculares.
Al llegar a la plaza, tomó aire y miró alrededor. A este punto, era muy de fracasado de su parte el seguir yendo a esperarla. Además, parecía un perdedor en una plaza vacía sin amigos.
Y cuando la vio... Se le cayó la mandíbula al piso... No lograba comprender la situación. Luego de lo que se sintió como una eternidad, de la nada aparecía allí la chica que tanto le había gustado durante todos esos años.
¿Había elegido justo ese día para ir a propósito, o había sido una mera coincidencia?, ¿recordaba todo lo que había pasado, su promesa?, ¿había ido ahí solo por él?-"Bakugou-chan, ¿Por qué siempre que vienes a verme te quedas ahí parado hasta que te llame la atención?"- dijo la chica sonriéndole y moviendo la mano en señal de saludo.
Esa frase le sonaba muy familiar, ¿cómo iba a poder olvidarla?A diferencia de aquella vez, ahora la trataría bien. A su novia, con la cual estaría el resto de su vida. A la que quería más que al resto de perdedores que conocía.
Él suspiró de amor y le sonrió, mientras se dirigía a ella con las manos en los bolsillos. -"¿Quién dijo que yo venía a verte?"- dijo el rubio levantando una ceja, aún sonriendo. Le gustaba ese jueguito que se le había ocurrido a la chica. Demostraba cuánta atención se prestaban el uno al otro, y que ambos recordaban su promesa y lo que había pasado hace años.
Ella era mucho más encantadora y linda que antes, y él era más tranquilo y alegre... O por lo menos al estar con ella. Sus corazones latían contentos, y se encontraban muy aliviados de por fin haberse vuelto a encontrar.
-"Bakugou-chan... Te extrañé, ribbit"- Él al igual la extrañaba a ella... Y a su dulce croar. Pero claro que no iba a poder decírselo. En cambio, se acercó más a ella y le dio su primer beso en los labios. Duró unos cinco segundos. No fue muy bueno, pero a ninguno de los dos muy sonrojados chicos les importó. Los ásperos labios del alto chico le brindaban felicidad a la de extraña boca de cualquier forma... Y viceversa. Y tan solo la idea del gesto ya era más que suficiente.
Pasaron el resto de la tarde juntos, y así siguió visitando a su novio en el mismo lugar todos los días. Una vez, incluso volvió a ver a la madre de Katsuki. Y ya era definitivo que la chica se quedaría allí para ir al mismo liceo que él. Que era el mejor para superhéroes, y la excusa perfecta para mudarse a esa ciudad.
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Katsuyu- Childhood.
FanfictionKatsuki y Tsuyu, dos niños de 6 años. La chica realmente le interesaba a él, con su peculiar aspecto y tranquilidad sobrenatural. Recordarían esa plaza y la hamaca verde por el resto de sus vidas. (Moodboard y dibujo hechos por mí)