Twins ((Yoonmin))

1

Ahí estaba, el pequeño rubio abrazado de su madre mientras que el otro rubio se colgaba de la pierna de su padre, ambos lloraban por que no querían ir a la escuela, odiaban aquel colegio donde los molestaban llamándoles dobles o copias ya saben, las típicas burlas de niños de primaria. Su madre los miró con angustia al ver que ambos no querían ir, su padre por otro lado tomó a los dos de la mano y los metió al patio dejándolos al borde del llanto, el mayor dejó de llorar y limpió su rostro mientras hacia lo mismo en la cara de su hermano, frunció el ceño y miró al nene tierno frente a él.

—No más llanto, Jiminnie, vamos a enfrentar esto como hermanos ¿si? No dejaremos que esos idiotas nos sigan molestando—habló seguro el más altito (solo por un centímetro).

Jimin alzó la mirada y caminó de la mano de su hermano hasta su salón recibiendo las típicas miradas de siempre.

—Hola dúo de bobos—la insoportable voz de Chaeyoung resonó en los oídos de Jimin a quien ya le comenzaba a temblar el labio.

—Hola, come mocos—el mayor de los dos habló mirando con seriedad a la niña frente a ellos.

—Taemin, ¿ya te sabes defender?—dijo burlona.

—Siempre me he sabido defender pero me aburre hablar con niñas tontas como tú —sacó la lengua.

La niña los miró mal y se fue a su asiento mientras ambos sacaban sus cuadernos y esperar a la maestra.

—Minie, cuando pasemos a la secundaria, quiero que vayamos solos, cada quien por su lado—la voz suave de Jimin era apenas audible.

El rostro de su hermano se deformó mientras miraba con un poco de furia y mucha tristeza en los ojos.

—¿¡Estas loco!? Siempre hemos estado juntos, Jiminnie... Nunca nos hemos separado, ¡Nunca!

—Lo sé pero, ¿No estas cansado de todas las burlas que nos hacen solo por ser iguales?

—Somos gemelos, de eso se trata la palabra, de ser físicamente iguales pero con caracteres diferentes.

—Odio que nos molesten, Tae—y lo entendía, entendía bien que su hermanito era más débil que él, más sensible que cualquiera y eso le hacía querer protegerlo más y más.

¿Funcionaria acaso el hecho de que ambos estudien en lugares distintos? Era algo que debía plantearse y sobre todo, pensarlo más que bien.

Al término de la escuela ya estaban corriendo a su madre quien los recibió con un enorme abrazo y un beso caluroso, los tres caminaban contentos comiendo un enorme cono de helado, al llegar a casa vieron globos y una cajita, ambos niños se miraron curiosos.

—Mami, hoy no es nuestro cumpleaños—dijo Jimin mirando todo con mucha curiosidad.

Su padre apareció y abrazó a ambos mientras tomaba la caja y se la entregaba a Taemin.

—Lo sabemos, pero les tenemos una sorpresa—dijo su madre con nervios mientras abrían el "obsequio".

"Mis dulces niños, desde ahora no solo deberán cuidarse entre ustedes, y ahora nosotros no solo los cuidaremos a ustedes. ¿Serán excelentes hermanos mayores?"

Los dos niños miraban con seriedad el zapato tejido que se hayaba al interior de la caja de cartón, Jimin bajó la mirada y se abrazó de su hermano mientras esté acariciaba su cabeza con mucho cariño.

—No Jiminnie, no te dejaré de cuidar ni mucho menos te voy a abandonar o hacer a un lado—susurró a un nivel de voz que solo su hermano pudiese oírlo—Tú siempre serás mi favorito, hermanito—besó su cabeza y miraron a sus padres.

—Y ¿Qué opinan?—su madre ahora estaba sin habla y nerviosa, pues no esperaba una reacción tan seca por parte de los gemelos quien sólo la miraban con desdén.

—Esta bien—Taemin se encogió de hombros y tomó a su hermano de la mano mientras subían a su habitación dejando a sus padres preocupados y un poco tristes.

Taemin sabía que tenía un fuerte vínculo con Jimin, era como si sus corazones estuviesen conectados, lo que uno sentía el otro también, así que podía sentir como su hermano tenía tristeza, sabía bien que debían ser buenos hermanos mayores para su próximo hermano o hermana pero temía que de cuidar tanto del nuevo integrante, Jimin pensara que lo estaban dejando de lado.

Tae era muy cuidadoso y cariñoso, le emocionaba tener una noticia así pero por otro lado no sabía que hacer con ese dolor que ahora de instalaba en su pecho mientras veía a Jimin llorar en silencio.

—¿Minnie?—preguntó preocupado

—No quiero hablar, Tae... Voy a dormir ya—cortó, suspiró el rubio y se acomodó en su cama mientras miraba con tristeza a su hermano.