◤Capítulo 15◥

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Me costaba creer que justo ahora tenía que volver a pasar

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Me costaba creer que justo ahora tenía que volver a pasar. No sólo por el común odio hacia esta situación, la promesa que le hice ayer en la playa estaba peligrando.

Si fuera por mí, podría aguantar, aguantaría lo que fuera por poder cumplirla, pero esta vez no dependía de mí. Me daba miedo cada vez que sus ojos se cerraban, no quiero que se duerma, ninguno de los dos aguantaría. Desde el instante en que quede dormido, el tiempo correrá en nuestra contra hasta el punto en que se despierte por no poder más, y el reloj va más rápido ya que aún consciente, apenas logra moverse.

Ya estábamos listos para irnos a visitar la isla, pero justo al estar yendo a la salida del hotel, comenzó a faltarle el oxígeno, aunque aumentara la concentración, no mejoraba como debería. Por eso es que ahora está de vuelta en la cama, esperando impaciente porque pueda estar en condiciones como para que nos vayamos. Pero estamos lejos de ese momento aún.

Kondō y yo nos quedamos con él mientras Hijikata y mi madre iban en busca de alguna farmacia donde comprar aún más recambios del medicamento del nebulizador, teniendo varios de esos ya no hay peligro de que se duerma, bueno, se reduce.

Estaba sentado en la cama de Sōji, jugando con su mano y mirando su cabello al estar sumido en mis pensamientos. Pero fue el vibrar de mi teléfono lo que me sacó del trance. Encendí el teléfono para mirar quién era el que me había enviado ese mensaje.

El pequeño murciélago de la fruta: ¿Adivina quién se va a casa?

Me tomó un tiempo reaccionar, ese mensaje... seis palabras que me causaban infinidad de sentimientos, de recuerdos y sobre todo, de esperanzas. Me cubrí un instante la boca aún mirando ese mensaje.

— Sōji... —lo llamé consiguiendo su mirada ya irritada por las lágrimas— Heisuke se va a casa, ya le dieron el alta.

— ¿Ya? —sonrió levemente. Asentí y tras eso, él suspiró en una sonrisa aún más calmada, bueno, más débil— Casi dos meses... aún quedan varios para que pueda fingir que nada pasó pero... al menos ya pasó lo peor.

Asentí de nuevo para entonces cambiar mi mirada al teléfono donde escribí una respuesta a Heisuke.

El pequeño murciélago de la fruta: Escribe al número de Hotaru, por allá te respondemos.

Le hice caso y al poco tiempo me llegó un vídeo de Hotaru el cual puse.

Se enfocó a ella misma empezando a explicar un poco por qué le debía hablar por su teléfono.

— Aún estamos en el coche entonces... bueno, a Heisuke se le cae el teléfono, ¿verdad? —volteó a verlo para entonces enfocarlo. Él asintió riendo estando recargado sobre la puerta del coche y con la cabeza ya sobre la ventana— Míralo, ¡está horrible! —dijo riendo mientras le enfocaba el pelo— La verdad, estaba mejor el día antes del trasplante; todo despeinado, blanco, con diálisis, con hambre... ahora está hecho un asco, por favor. ¿Verdad que estás más feo que de costumbre? —él se rió aún viéndose como intenta controlar el no carcajearse.

Kᴏᴛᴇ, ᴅᴏ̄, ᴍᴇɴ  |  Hᴀᴋᴜᴏ̄ᴋɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora