Dia 7
La humedad me cala los huesos.
Es Noviembre y aquí abajo hace el doble de frío.La comida escasea desde que llegamos. Antes era un primer plato, un segundo y una pieza de fruta, ahora es solamente un plato y la pieza de fruta (en conserva, claro). Hoy es el segundo día que comemos lo mismo.
—Creo que no esperaban tanta gente—. Le digo a Ted.
El se limita a encogerse de hombros y darle vueltas a su plato vacío.
Sé que le pasa, le pasa lo mismo que a todos los que estamos en este sitio.
Hoy los soldados han salido fuera (sí, con todos esos seres) en busca de más supervivientes. Ayer también, salieron por la mañana antes de que nadie se levantara, todos estabamos con una pequeña pizca de esperanza, pensar que puede que dentro de esos supervivientes, puede, solo puede, que esté algún familiar o conocido.
Pero vinieron antes del almuerzo, con las manos vacías y dos heridos.
Yo también estoy preocupada pero procuro evitar pensar y me concentro en Ted que está observando su plato muy intenso.
—No pienses tanto en eso. Ve a guardar el maldito plato, me estás poniendo de los nervios.
—A qué "eso" te refieres.
—Ya sabes que "eso" te digo, estas pensando en los que están fuera buscando gente.—Ted deja de darle vueltas al plato para mirarme, nos quedamos un tiempo así hasta que yo no puedo evitarlo y bajo la mirada. Él sabe que no soporto que haga eso.
—No... Eso era lo último en lo que podria estar pensando ahora
Su comentario me deja impresionada. En qué otra cosa podría estar pensando sino.
—Dime que te preocupa de una vez.—Le digo intentando volver a tener una pelea de miradas, pero vuelvo a esquivarla. Mierda, siempre gana él.
—Para de hacer eso, pareces idiota.—suspira y se rasca la barbilla.—Quiero ser voluntario para salir ahí fuera.
Solo a él se lo puede ocurrir semejante estupided.
—No puedes.—le digo apartando mi plato a un lado.
—¿Por qué no?. Necesitan más gente, aparento más edad de la que tengo.—me imita apartando su plato bruscamente.—No puedo quedarme en este búnker, comerme las uñas y finjir que no pasa nada. Yo necesito hacer algo.
¿Ted soldado?, ¿el mismo que tiene horror por las arañas, que en clase no se sienta al lado de la ventana por si alguna le salta encima?. Está claro que no sabe lo que dice.
—No puedes salir ahí fuera con esos bichos Ted y no puedes permitir que yo este de acuerdo contigo
—No necesito de tu permiso. No son bichos, son algo peor, mucho más ¿no has pensado en toda la gente que no tiene la misma suerte que nosotros, que están ahí fuera sin poder defenderse?
—Pues sal fuera y que sean los zombies los que acaben con tu suerte.—digo mientras me levanto enfadada por su comentario.
No me puedo creer que me esté llamando egoísta de esa forma cuando sabe que no tenemos otra opción ¿que pretende en la situación en la que estamos? Apenas tenemos comida, casi no estamos seguros... Intento tener esperanzas y pensar que fuera están nuestras familias.
Pero la idea de perder a Ted... no se puede conformar con estar a salvo en este puñetero búnker y quedarse quietecito hasta que alguien venga a buscarnos y nos saquen de California.
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¿Han visto a un Zombie?
Science-Fiction¿Recuerdas la última vez qué viste uno de esos seres?. Estabas pálida, las palmas te sudaban, la garganta se selló y no había nada más en tu mente que ese ser que tenías delante. Un extraño motivo ha hecho que el mundo de nuestra protagonista de un...