CAPITULO III

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Día 10

Encerrados, atrapados, sin ver la luz del sol, sin respirar aire fresco.
Diez días y no sabemos nada de cómo estan las cosas fuera del búnker.
Tan solo 4 rescatados.
Menos comida.
Más miedo.
Y más preguntas que no obtienen respuestas.

Mis pesadillas se vuelven repetitivas, igual que estas paredes grises, siempre lo mismo. Sentados en las habitaciones esperando alguna respuesta, algo que nos de una pizca de esperanza.

En el búnker hay una niña de 7 años, Olivia, su abuelo cuida de ella. Lo que más me impresiona es que con tan solo 7 años ya es consciente de lo que está pasando ahí fuera. Yo aún no soy capaz de asimilarlo ni si quiera puedo imaginarme la magnitud de esta catástrofe

"Abuelo, ¿cuándo va a venir papá?"

Echo de menos mi rutina, mis libros, mi música, mis amigos, mi cuarto, mi cama y sobre todo, echo de menos a mi madre.
¿Cómo estará todo ahí fuera?
Alguna vez se lo he preguntado a un soldado (sé quienes son soldados porque todos llevan una tarjeta en el lado derecho de su camiseta). Pero siempre me responden con un "no puedo darte esa información señorita por favor vuelva al área principal y espere instrucciones", y nunca nos dan otras instrucciones que no sean: ir al comedor, ir al área principal, esperar y esperar, volver al comedor, volver a esperar, limpieza del búnker, volver al comedor, asearse e ir a dormir.
¿Cuándo volveremos a salir?
¿Qué pasará después de todo esto?

Muchas cosas en las que pensar y la verdad, me asusta pensar eso.

Ted me dice que debo ser valiente y no temerle al mañana que nos espera, que puede que hoy estemos aquí pero mañana... quién sabe.

***

Frota y seca, frota y seca, frota y seca.
Llevo así media hora, me toca fregar las bandejas y parecerá aburrido, pero es lo más entretenido que he hecho en todo el día y desde hace un par de días

Un hombre es el que me pasa los platos mojados, todos trabajamos en silencio ya no nos parece incómodo. Todos nos hemos acostumbrado a no intercambiar palabras, el silencio es nuestra única conversación.

Ted está limpiando los baños, mientras que otro tanto recoge el área principal.
Observo a la gente que hay a mi alrededor y todos tienen los mismos rostros aburridos y cansados. Unas notables ojeras ocupan el rostro de una mujer de unos treinta y pico años, tiene el pelo rubio por la barbilla y le tiemblan las manos.
Entonces se le cae una bandeja al suelo y se lleva las manos a la cabeza.
—¡No aguanto más, vamos a morir todos!.—grita ésta.
Todos paramos de hacer nuestra tarea y la miramos asustados.
—¡Vamos a morir!— Tiene la mirada perdida y está hiperventilando. El hombre que tenía a mi lado se acerca a ella e intenta calmarla pero la mujer se aparta y sigue con sus gritos

—¡Tú vas a morir también.—dice señalándole con un temblor en su mano.—¡Y tú, y tú.—está llorando y nos va señalando a todos hasta que llega a mi. —¡Y tú también niña, la muerte se abalanzará sobre ti en cuanto salgamos de este puto búnker!

La miro asustada y ella se abalanza sobre mi haciendo que caiga al suelo, sin que me de tiempo a apoyarme con las manos. Ya en el suelo me cubro la cara con los brazos como puedo pero ésta los araña, cuando alguien la aparta de mi y se desmaya.

Le han sedado.

Me pitan los oídos del golpe que me he dado en la cabeza, me siento desorientada.
Cuando alguien se agacha a mi lado y leo en sus labios que dice mi nombre.

Es Él.

*********************

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Muchos abrazos dulces :D

¿Han visto a un Zombie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora