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Aunque mi corazón palpite, es cierto que es difícil encontrar a alguien con la mano bajo la luz de la luna.
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Taeyong no creía en cuentos felices y tiernos.
Porque, para alguien que siempre vivió desgracias, le es difícil creer que algún día su suerte cambie. Y aunque no quiere aceptarlo, muy en el fondo, desea huir de la casa de su madre y padrastro.
Todas las noches en su pequeña habitación ve la luna, su única compañía que sabe que nunca lo abandonará, deja que la tenia luz impropia de ésta entre por su ventana y permite que un poco de aire golpee su cara. Necesita calmarse para no llorar.
Suspira una vez más, sus ojos aún húmedos y sabe que otro pensamiento más podría hacerlo llorar, pero detiene todo cuando se escuchan unos leves toques a la puerta. Seguro quieren que Taeyong limpie algo más.
— Tae, baja ahora mismo y ayúdame a cocinar. —los pasos se alejan y el nombrado sabe que él hará la cena solo.
Se levanta de su cama y obliga a sus pies ir a la cocina, aunque su mente quiera irse a esconder, una vez está abajo todo vuelve a su mente haciéndole sentir mal. Su padrastro le mira con asco, porque Taeyong se parece al ex esposo de su mujer. La otra chica, un poco mayor, no pone ninguna expresión.
Su madre...
— ¿Por qué te quedas ahí como si fueras un idiota? ¡Ponte hacer algo! —claro, la mujer mayor no sabe otra cosa que hacer más que gritar, gritar, y gritar.
Taeyong no sabe cuánto tiempo pasa, pero la comida está lista y su plato está a medias. A él no le dan mucha porción, pero tampoco lo dejan muriendo de hambre, o eso creen los dos mayores.
El menor no se mete a la conversación para no molestar, sin embargo escucha con claridad.
— ¿Puedo ir a una fiesta mañana? —su hermanastra pregunta y alza la mirada curioso. Ella se da cuenta.
— Mientras no llegues tarde, puedes. —contesta la otra mujer, y eso hace que Taeyong se sienta mal, su madre nunca le habló con tanta amabilidad.— Si gustas, también puedo ir por ti.
Entonces la contraria niega aún sonriendo.— Yo puedo ir. Además, creo que iré con alguien más. —el menor de los Lee siente la mirada castaña y baja la mirada.
— Perfecto, ahora a dormir. —anuncia el hombre mayor, cansado. Y con eso, Taeyong se levanta con rapidez, corriendo por la escalera y dejar con llave la puerta de su habitación.
Minutos pasan.
Ese tiempo en el que se ocultó bajó las sábanas y fingir dormir.
— ¿TaeTae? —escucha en un susurro, pero ahí está.— ¿Puedo pasar?
Taeyong quiere negarse, quiere hacerlo, pero de un momento a otro sale de su escondite y abre la puerta, dejando pasar con rapidez a la chica para luego cerrarla otra vez. Mantiene la vista en el piso, esperando una orden como de limpiar, ir a comprar algo o incluso...
— ¿Quieres salir de aquí? —ella interrumpe en sus pensamientos, la mira confundido y eso solo logra que la sonrisa contraria se agrande.— Te vi en la cena, sé que quieres salir y divertirte, pasas mucho tiempo aquí.
Lo estaba invitando. Iba a salir sin ninguna obligación de por medio.
— Tomaré ese silencio como un sí. —lo abraza rápidamente y va a la puerta.— A las cinco vengo por ti, deja que yo me encargue de todo.
Asiente, esta vez sonriendo.
¡Iba a divertirse!
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¿Habrá una persona entre todas las estrellas innumerables?
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Crystal Shoes. [YuTae]
FanfictionTaeyong necesita una razón para ser feliz, y una persona lo ayudará. -Inspirado en "Glass shoes" de Fromis_9. -Contenido homosexual. -Capítulos cortos. - Posibles fallas ortográficas.