Crystal Shoes. [YuTae]

tres.

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Quiero juntar todos mis sentimientos preciosos.

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Se sentía un poco incómodo. Logró salida correctamente a los amigos de su hermanastra, y estos le hicieron sentir cómodo al principio, pero ellos se habían ido a bailar, a comer o a hacer otras cosas, dejándolo solo.

Su hermanastra estaba... algo ebria, todavía podía ver que hablaba normal pero sus ojos la delataban completamente. Quería irse, pero no quería hacerla enojar y acabarle la diversión. Buscó entre las personas una cara familiar pero nada, suspiró y salió al jardín donde no había nadie.

— ¡Hey! —saltó asustado y volteó a donde provenía esa voz, era ese chico de antes.— No creí que fuera a encontrarte aquí.

— Yo tampoco. —contestó en un susurro.

Se estaba poniendo nervioso, y Taeyong ahora se estaba odiando por ser tan tímido y no poder entablar una conversación bien.

— Antes no tuve tiempo para presentarme por tu hermana. Soy Nakamoto Yuta. —dejó salir una sonrisa y Lee no sabía porque no podía dejar de mirarla.

— Lee Taeyong.

— Tienes un nombre bonito, pero era obvio tener uno para alguien igual de hermoso. —soltó el chico causándole otro sonrojo.

Al parecer, Yuta no era tan malo. Era hermoso, sabía hablar y no dejar que Taeyong muriera de nervios.

Misma edad, gustos similares a la música y una personalidad diferente hicieron que se sintieran cómodos, no querían a nadie más en esa conversación y tampoco querían alejarse.

— ¡TaeTae! ¿Dónde estás? —los gritos de su hermanastra lo hicieron abrir los ojos y mirar el reloj.

10:30

— Yuta, ahora vuelvo. —dijo avergonzado pero con una sonrisa, el nombrado asintió y esperó sentando.

Llegó lo más rápido con su hermanastra y la encontró un poco tambaleante pero aún consciente de lo que sucedía al rededor. La mayor le sonrió y Taeyong correspondió esa acción.

— ¿Quieres irte? —preguntó arrastrando las palabras, pero era entendible si se prestaba atención.

— No... —contestó un poco preocupado, no quería volver a su vida normal.

La mayor asintió y se fue hasta la sala para seguir bailando. Corrió los más rápido posible a dónde había dejado a Yuta, lo encontró tomando algo.

— Oh, lo siento, tenia sed, ¿quieres que traiga algo?

Y Taeyong sabía que Yuta era buena persona y alguien inteligente. Se acercó hasta besarlo, porque en verdad quería hacerlo y su corazón se encontraba latiendo muy fuerte, se sentía en flotando y estaba seguro de que no había probado ni una gota de alcohol.

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Y te los mostraré con todo valor.