✦ Imagina tu OTP ✦

✰ 97 ✰

A se levantó de su cama aquel día horas antes de que sonara su alarma. Llevaba toda la noche inquieto, pensando en todo lo que tendría que hacer, así que mejor decidió poner manos a la obra y tener todo preparado, nada podía fallar, y menos hoy.

Así es, ese día era San Valentín. Regalos, peluches, caramelos, flores baratas y besos por doquier, un dolor de cabeza más del año, o así había sido para A durante toda su vida hasta que hacía unos meses antes conoció a B. Sólo una vez A se había sentido de la manera en que B lo hacía sentir, y fue cuando era apenas un niño, que de todos modos terminó con el corazón roto y un resentimiento enorme a aquel día. Desde entonces A había evitado ese día, había pretendido que no existía o sólo miraba a las demás personas en silencio. Ese año, lamentablemente, sería diferente.

Se aseguró por última vez de que su plan saliese a la perfección: Postres, listo; rosa, listo; carta, listo. Lo único faltante era llegar a su salón y darle todo a B actuando casualmente, como "Precisamente tenía unos pastelillos en mi mochila, ¿quieres unos?" sin que nadie viese o sospechase algo, de otro modo sería su fin.

Revisó su reloj. Sus ojos se abrieron como platos al ver la hora y corrió lo más rápido que pudo con su "plan" guardado en su mochila.

Iba llegando cuando su cuerpo se congeló al ver a B caminando tranquilamente por la acera, ya a varios metros de la escuela.

Pero qué idiota, era sábado.

Torpemente tropezó en el suelo y su mochila se estrelló contra este, dejando caer todo su contenido a los pies de B, quien se limitó a tomar un pequeño pedazo de papel de entre los restos aplastados de pastelillos.

"Eres especial para mí, eres el mejor."
-A

B leyó el papel varías veces, realmente le era difícil pensar que A lo hubiese escrito, pero más que algo así hubiese hecho latir su corazón tan deprisa, mientras que el mencionado sólo miraba al suelo maldiciendo en silencio, intentando ocultar su sonrojo y tratar de hallar algo que decir en un momento tan incómodo. Varios minutos después, dijo lo primero que se le vino a la mente.

—Precisamente tenía unos pastelillos en mi mochila, ¿quieres unos?