Era obvio que no tenía un plan.
Solo salí corriendo en medio de la alegría y jocosidad de junio, para buscar mi destino.
O algo parecido para variar.Casi asemejando el número de las estrellas, fueron incontables las veces en que pensé sobre los beneficios de mi libertad.
Pero cuando estaba en ella, me perturbaba, me daba pavor poder fallar.
Miedo de que se alejará de mí como hace muchos años atrás.Después de alejarme de la aldea, mi curiosidad se volvió voraz, veía paisajes, personas nuevas, de viaje en viaje la cultura no tenía igual.
Quería una aventura, algo que me devolviera la vida, esa que nunca pude disfrutar.
De repente, la leyenda del río apareció en mi mente.
Matando cualquier pizca de paz residual.Entonces como eco en cada pensamiento, recuerdo que gritaba su canto sin parar.
Esa historia maldita, esa que te hacía dudar.Si de verdad existía algo o solo era un cuento sin más.
Nunca cruces al otro lado del río.
Nunca cruces.
¿Quién sabe a donde irías a parar?
Nunca cruces al otro lado del río.
Nunca cruces.
No vaya a ser que nunca puedas regresar.
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Aleteo Ciego
Short Story«Nunca cruces al otro lado del río» Siempre me pregunté el porqué. Escape de mi vida un día feriado. Cruce. Nunca más volví. Nunca regresé. ¿Qué habrá al otro lado del río? Nunca debí saber. Maldigo la intriga. La curiosidad. Maldigo el amor...