CALOR INVERNAL [BNIOR]

6

Jaebeom

Me siento en el borde de mi cama, llevando mis manos juntas, viendo al pequeño omega acurrucado en la cama frente a mí. Me encuentro con sus ojos varias veces, pero sólo mira fijamente hacia adelante, sin ver.

Coloco una manta encima de él, mi mano rozando su hombro, tratando de no dejarle ver cuánto duele el que se aleje de mí.

Porque maldita sea, me duele más de lo que habría pensado.

Aunque lo merezco completa y absolutamente. Pero no sé qué hacer. No soy exactamente bueno reconfortando. No soy bueno en tener conversaciones de corazón a corazón. Diablos, no estoy acostumbrado a tener que poner las necesidades de otra persona antes que las mías. Creciendo privilegiado, nunca hubo nada ni nadie de qué preocuparse.

Cuando escuché sus gritos, algo dentro de mí se abrió. La necesidad de proteger a mi omega era tan abrumadora que esos hombres nunca tuvieron una oportunidad contra mí. Cuando terminé, uno de ellos estaba apretando su brazo astillado y los otros dos tuvieron que arrastrar a su líder. No estoy seguro de si está vivo o no, pero realmente no me importa.

Lo único que importa ahora es Jinyoung.

Sin embargo, estoy perdido en cuanto a cómo hacer esto con él. Hay una parte de mí, justo debajo de la superficie, tratando de justificar lo que hice. Pero las excusas son pobres y la voz es débil. Susurra que sería mucho más fácil si él hiciera lo que yo quiero. ¿No es eso para lo que son los omegas? Papá siempre me dijo que los omegas están ahí para ser  usados. Que no les encanta nada, más que ser follados y poseídos y tener herederos.

Mi padre omega ciertamente no se quejaba cuando Papá hacia su camino a él.

Por supuesto, si lo hacía...

Mis dedos agarran mi pelo firmemente. Puedo echarle la culpa al vínculo todo lo que quiera, pero nunca debería haber estado bebiendo cuando estaba tan nervioso.

La rabia de ser rechazado por un omega fue abrumadora. Ningún omega nunca me rechazó antes. Mi muñeca todavía duele en donde Jinyoung me mordió, y la ira una vez más empieza a burbujear en mi pecho hasta que la cara manchada de lágrimas de Jinyoung destella ante mis ojos.

Nunca antes me había asustado. Nunca supe que era capaz de enfadarme de esa manera. Capaz de lastimar a alguien que no puede defenderse. De rasgar a los hombres sin pensarlo dos veces. Dejando escapar un suspiro tranquilo, apago la lámpara y me recuesto en la cama, pero el sueño no es fácil. Voy a la deriva dentro y fuera toda la noche, tratando de ignorar los gemidos y los sollozos amortiguados del chico que estaba a mi lado.

Él aún no ha dicho una palabra. Ni siquiera ha abierto los ojos. Sólo se encuentra en la cama donde lo dejé. Un plato de pan tostado se posa frío e intacto junto a él.

Más desesperado que nunca, reanudo la búsqueda a través de la pequeña biblioteca que he adquirido, pero es obvio que soy malo en eso.

Apenas puedo concentrarme en nada con el omega en estado de coma a pocos metros de distancia.

Lo primero que hice cuando me desperté, fue volcar cada bebida que compré en el fregadero de la cocina. Pensé que sería más difícil, pero incluso sólo tocar la botella de malta envió bilis arrastrándose por mi garganta.

Lo de anoche no podía volver a suceder.

Cierro el libro, exasperado. No sé qué hacer. Mi polla late y duele. Jinyoung no responde. No puedo averiguar cómo romper el vínculo por mi cuenta. Todo está en espiral fuera de control y no puedo− Apretando una mano sobre mi boca, trato de amortiguar el sollozo que quiere liberarse. La habitación es repentinamente sofocante. Llevo mis rodillas hasta mi pecho, tratando de controlar mis hombros temblorosos. Estoy tan lejos en mi profundidad y todo esto es demasiado.