10

1.9K 256 15
                                    

Jinyoung

El silbido del hervidor me atraviesa la cabeza como un martillo mecánico. Me siento en el borde de la cama, los ojos bien cerrados, los puños apretando la manta. Jaebeom está en la ducha. Ha estado allí casi una hora. Perdiendo el tiempo, postergándolo tanto como puede.

Quiero quemar la pequeña bolsa de papel en el mostrador. Mis notas también. Quiero que desaparezca toda la evidencia de mi posible progreso. Pero no puedo hacer eso. No puedo arruinar la vida de Jaebeom con mis propios deseos egoístas, aunque sé que él renunciaría con gusto.

Mi visión se torna borrosa mientras vierto el agua en una taza blanca sin marca. Metiendo la mano en la bolsa de papel, saco las flores y las meto en la infusión. Mi corazón se agrieta cuando dejo caer la bola de metal en el agua, viendo cómo el color comienza a cambiar. La superficie ondula ligeramente antes de detenerse y puedo ver mi reflejo. De ojos rojos y pálido.

A pesar de la noche más increíble que he tenido, nunca me quedé dormido. Jaebeom envolvió sus brazos alrededor de mí, acariciándome el cuello. Me quedé despierto escuchando mientras su respiración se estabilizaba hasta que estuvo muerto para el mundo. Me quedé mirando hacia el frente, deseando que mis ojos se cerraran, que la presión en mi pecho se aliviara, que el nudo en mi garganta se fuera. Pero entonces la primera lágrima cayó por mi mejilla y por la punta de mi nariz. Apreté mi mandíbula en un intento de sofocar mis sollozos. Incluso en su sueño, Jaebeom debió haber sentido que algo me molestaba. Sus brazos me estrecharon y su aliento me hizo cosquillas en la nuca.

Había esperado que para la mañana hubiese llorado tanto hasta quedar seco, pero no parecía ser el caso. La presión de más lágrimas está justo detrás de mis ojos y necesito cada onza de autocontrol que tengo para mantener mis manos sin temblar.

Me pregunto qué va a decir mamá cuando vaya a casa. ¿Estará enojada al haberme ido sin una palabra? ¿O estará enojada de que regrese? Probablemente la última. Tal vez debería llamar a Mark y preguntarle si puedo quedarme con él por un tiempo.

Sin Jaebeom.

Porque él va a ir a casa a su vida. Después de un tiempo, ni siquiera pensará en mí. Se casará con una buena omega de alto posición y hará hermosos bebés con ella... y será como si nunca nos hubiésemos conocido.

Un sollozo fuerza su camino hacia arriba y me envuelvo a mí mismo. No puedo decírselo. No puedo amarrarlo así. Sé que está mal, que merece saberlo. Pero es igualmente malo que lo agobie a él también. No sé qué hacer...

Tomando una respiración profunda, me levanto y compruebo el té. Es de un color marrón rojizo. Listo para empezar. El olor es amargo y fuerte.

La puerta del cuarto de baño cruje abierta detrás de mí y frenéticamente limpió mis ojos. —Está listo —digo con voz ronca.

Jaebeom no dice una palabra mientras traigo la taza humeante a la cama. Está inclinado sobre el lado de la primera cama. Tomo la otra, de frente a él. Sus ojos hermosos tienen círculos oscuros debajo de ellos y se ve aterradoramente más viejo que antes. Me digo firmemente que es lo mejor. Sosteniendo la taza en una mano, saco la navaja pequeña de mi bolsillo. Necesitamos mezclar nuestra sangre para que esto funcione. La sostengo, apenas respirando mientras lo toma silenciosamente. Trato de no hacer una mueca de dolor mientras hace un pequeño corte en su dedo e ignoro el impulso de tomar la piel herida en mi boca y lamerla.

La gota roja brillante cae en la taza. Cambiamos y sostengo el cuchillo contra mi propio dedo. Apenas siento el aguijón de la hoja, sosteniendo mi dedo sobre la taza, viendo cómo la gota gira y se mezcla. El líquido enrojece aún más. Mi pecho se aprieta más y mis pulmones no pueden obtener suficiente aire. Tengo que verme horrible, el rostro contraído de dolor. La mandíbula de Jaebeom se aprieta, los dientes rechinan ruidosamente. El rostro tenso y los nudillos apretados.

CALOR INVERNAL [BNIOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora