A la tarde, Bruce se fue, supongo que a algún bar, como siempre. Y yo me dediqué a hacer las tareas de la casa; limpiar, ordenar y cocinar. Luego alimenté a los animales.
Después, aproveché de que el tío no estaba en casa para releer mi libro favorito. Ya lo había leído unas 10 veces, pero nunca me cansaba de hacerlo.
Me senté un rato a pensar, cosa que hago muy seguido. Pienso mucho, sobre muchas cosas. Me pongo a imaginar cuáles son los secretos de las personas, qué problemas tienen, cómo es su vida, si ocultan algo importante...
Y también pienso sobre mí. Intento describirme con palabras, aunque eso es algo complicado ya que ni siquiera yo sé cómo soy. Pienso en mi futuro, pienso en cómo conoceré al amor de mi vida... Pienso en muchas cosas. Pero lo curioso es que, en el momento de actuar, no pienso. En realidad pienso, pero hago las cosas mal de todas formas. No soy normal, lo sé. Y yo pienso que no existe la normalidad, nadie es normal, ya que somos 7 mil millones de personas en el mundo, y todos somos diferentes, y especiales, y únicos a nuestra manera.
Seguí unos cuantos minutos pensando, hasta que tomé una decisión. Me iba a marchar de allí. ¿Para qué quedarme? No pensaba seguir siendo maltratada por mi tío, ni tener que mantener la casa yo sola. Me iría a la ciudad con mi abuela. Me gustaría aparecer por allí de sorpresa... Pero tal vez a ella no le guste. Sí, tendría que mandarle una carta para avisarle. Oh, pero esa carta le llegaría dentro de unos cuantos días, y no pienso aguantar más tiempo aquí. La llamaría por teléfono, pero no me sé su número. Mejor voy sin avisarle. Me tendría que aceptar de todas formas, soy su nieta. Además, ella está en buena posición económica, así que no creo que sea un problema el dinero, ya que ella me manda regalos cada un tiempo. De todas formas,si lo es, me buscaré un trabajo.
Pensé en mis amigas. Las extrañaría mucho, pero podría volver al pueblo cada un tiempo. Tendría que contarles la razón por la cual me iría de casa. Nunca le había contado a nadie que mi tío me maltrataba. Varias veces estuve a punto de contarle todo a Kate, pero me arrepentí antes de hacerlo.
Ya que Bruce no volvía, tomé mi caballo y fuimos trotando los 5 kilómetros que separaban a la granja del pueblo, donde vivían Kate, Isabel y Jennifer.
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Del campo a la ciudad.
Teen FictionSavannah Harrison tiene 15 años y vive en una casa humilde en el campo junto a su tío. Él suele tener ataques de ira y la maltrata, tanto física como psicológicamente. Savannah no quiere ver nunca más a su tío, pero eso implicará tener que escaparse...