Del campo a la ciudad.

Capítulo 5.

- ¡Sav! ¿Cómo te va? ¡Oh, hace muchísimo tiempo que no nos vemos! - exclamó Izzy apenas abrió la puerta.

- Oh, es cierto. ¡Te extrañé mucho! - le dije y nos dimos un fuerte abrazo.

- Bien, ¿qué te trae por aquí?- me dijo- Oh, no es que no me guste que vengas, es que hace un mes que no nos vemos. 

- Bueno, hay algo importante que debo contarte a ti, y a las chicas. ¿Podrías llamarlas y pedirles que vengan?

- Sí, claro. Enseguida- dijo Isabel y fue a buscar el teléfono.

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Después de saludar y abrazar a Kate y Jenny, nos sentamos a charlar.

- Chicas, tengo algo importante que decirles- les dije seriamente.

- ¿Es malo o bueno?- preguntó Jenny con curiosidad.

- Emm, creo que es algo malo, pero es por mi bien.

- ¡Vamos, chica! ¿Vas a contarnos o no?- dijo Kate impacientemente.

- Me iré a vivir a la ciudad. 

- ¿QUÉ?- dijeron las tres al mismo tiempo.

- Eso, lo que escucharon. 

- Pero, ¿por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿A dónde?- empezó a preguntar Izzy.

- Es una larga historia.- dije.

- ¡Dínoslo! Ni te pienses que nos vas a dejar con esta curiosidad. Cuéntanos ya. - dijo Kate algo enojada.

- Está bien. Desde hace unos años, luego de que murieran mis padres, mi tío me empezó a maltratar, y...

- Espera, ¿todos estos años te estuvo maltratando? ¿Qué te hizo? ¡¿Por qué no nos contaste antes?!- exclamó Kate.

- Tranquilízate. - le pedí- Me golpea, me insulta y me obliga a cocinarle, limpiar la casa y alimentar a los animales. Pero ya me cansé de eso, entonces me iré a vivir a Miami con mi abuela. 

- ¿Cuándo te irás? ¿Cómo? ¿Nos abandonarás?- dijo Jate visiblemente triste y preocupada.

- ¡Mierda, Kate! ¡Tranquilízate! ¿Te piensas que quiero abandonarte a ti y a las demás? ¡No es así! - grité.- Pero no tengo otra opción. Lo siento.- dije un poco más tranquila. 

A Kate se le llenaron los ojos de lágrimas. 

- Ay, por favor, no llores. Odio tener que hacer esto, pero como ya lo dije, es mi única opción. ¿O acaso ustedes quieren que Bruce me siga maltratando? Las quiero muchísimo, chicas. Y las extrañaré, obviamente, pero haré todo lo que sea posible para venir a visitarlas cada unos meses. 

- ¿Lo prometes?- me preguntó Kate a punto de llorar.

- Lo prometo- dije y las cuatro nos unimos en un fuerte abrazo.