Mis musas...

El calvo del Ikea

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@AkadSargona
@KishSargona

María se emocionó, ¿como una diosa podía haberle preguntado algo tan bello? Estaba excitada y enamorada.
  Kish sonrió con malicia y tras mirarle por unos instantes de reojo María finalmente asintió.

- Por supuesto, que me representarais es una excusa para conocer a tales diosas

Pasados unas semanas....

Tras unas semanas realmente tranquilas y con el embarazo de Kish avanzado, maría propuso a las sargonas irse a vivir las tres a su nuevo piso de chueca. Ellas, obviamente, aceptaron la propuesta por parte de maría y empezaron a amueblar con el ikea de las sargonas, la nueva idea de marketing que Belen esteban había creado para dichas diosas.

- Oh maría, me gusta esta mesa -se acercó sigilosamente a su oído y prosiguió - para que me empotres contra ella.
- Muchacha, que con esa barriga como mucho puedes atracar en el muelle.

Kish miro mal a Akad, aunque terminaron riendo entre ellas.
Entre ellas se encontraba el tema de que tenían pena por el pequeño hijo del fan, cuyo padre era desconocido ya que crecería solo porque las sargonas tenian una agenda muy ajetreada y Belen esteban no se ocuparía de ello, pero no eran conscientes de que en ese momento se encontrarían con el futuro padre de su segundo hijo.
De la lejanía comenzaron a observar a un ser brillantes acercarse hacia ellas, y cuando ya estuvo lo bastante cerca se dieron cuenta de que lo que brillaba era calva porque las luces del ikea estaba muy fuerte y se reflejaba en ellas.

- No seréis vosotras las sargonas! - Gritó animado el siniestro calvo.
- Si, somos nosotras. ¿Pero tú quien coño eres?

Nada más escuchar el quejido por parte de Akad, Terelu salió de uno de los pasillos del Ikea dispuesta a golpear con su carrito a Cepeda ya que era la guardaespaldas (Belen esteban la contrató después de que se quedó sin programa) de la sargona, pero antes de que lo hiciera él volvió a hablar.

- ¿en seiro que no me reconocéis? - dijo el hombre-
- ¡pues claro! Eres el calvo de la lotería -Entonces detuvieron a terelu, ya que casi le da con la librería bili al tropezarse-
-que graciosas sois, soy Cepeda...

Pero todo quedó en silencio porque no sabían de quién se trataba.

- Cepeda, Cepeda calvo

Las chicas se miraron entre sí y después de un momento se echaron a reír.

- ¡Cepeda! ¡Amigo!
- He escuchado que estéis en busca de donantes de semen...