IMAGINARIO (TERMINADA)

17

El castaño estaba en una sala blanca, recostado en un sillón del mismo tono, pero amarrado con cinturones blancos.

Su vista estaba fija en el techo, había sido sedado por un enfermero, ya que se negaba abandonar su habitación.

La puerta fue abierta, miró de soslayo.

Un hombre alto, cabello rubio y una bata blanca se acercó con una silla, se sentó frente al castaño y sacó una libreta.

-Hola, Eren...-Miró al niño-¿Cómo estás?-Sonrió.

-Je...-el castaño sonrió de lado-Muy bien y cómodo...-Decia con sarcasmo.

-Eso es bueno...-Lo anotó en su libreta-Bueno... Supongo que sabes del por qué estás aquí ¿No?-lo miró directo a los ojos.

-La verdad... No lo sé...-su rostro se volvió sin expresión alguna-Mi padre me trajo aquí, ya que no tenía la valentía ni la prudencia de cuidarme... Seguramente debe estar ahogándose con alcohol... Quién sabe...-Miró nuevamente hacia el techo.

-Tu padre nos mencionó mucho sobre algo... Más bien, sobre alguien...-Miraba al castaño -Levi...-Dijo el nombre en voz baja.

-...-Fruncio el ceño-¿De que hablas, idiota?-Lo miró molesto.

-Sabes... Muchos niños de tu edad, comienzan a fantasear con tener una figura paterna, ya que sus padres no le dan lo que necesitan... Cuando tú madre falleció, seguramente te dejo un trauma, ya que la viste... Además de que tu padre era un poco irresponsable con tu cuidado...-Cruzó sus piernas-Eren... Dime... ¿Cómo es Levi?-

-¿Cómo es Levi?-Sonrió-Levi es... Pálido, como la luna llena... Pero sus ojos son intensos, como la obscura noche... Su piel es muy fría, pero sus abrazos cálidos... Cuando se enoja suele ser muy malo...-Sonrió mucho más-Ahora mismo, está muy enojado....-Cerró sus ojos-Buena suerte en tu vida... Señor...-

-No te entiendo, Eren...-Lo anotó todo en su libreta-¿Que quieres decir con "Buena suerte"?-

-A Levi le gusta mucho los juegos... Juegos con un solo destino y sin cambios...-Bostezó-Ya estás en su juego...-

-Jeje...-Reia medio nervioso-B-bueno...-

-"La obscura noche te consumirá... La hermosa luna blanca, se volverá a un tono carmesí, por tu sangre... Sedienta de ella, ver tus ojos con lágrimas y tu mente débil siendo destrozada con solo una mirada...-Hablaba el castaño y lo miró directo a los ojos-Pequeño y blanco conejito... Morirás entre mis manos, sin piedad alguna... Hermoso y adorable conejito... ¿Estás preparado para morir?"-Eren reía con fuerza.

Aquel hombre sintió escalofríos en todo su cuerpo.

Frunció el ceño y llamó a los enfermeros, quienes sedaron al chico y se lo llevaron.

Nunca había sentido tanta tensión con un paciente, ni mucho menos con un simple niño con una gran imaginación.

O eso es lo que pensaba.