Después del efecto de un quirk y un pesado día, Bakugou Katsuki tiene que lidiar con una doble carga ya que el profesor Aizawa le obligó a hacerse responsable.
O en donde Bakugou tiene que cuidar a Kaminari después de ser afectado por un quirk por s...
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Después de comer y se lavaran los platos, Kaminari se soltó de la cercanía momentáneamente de Bakugou para irse a la sala común. El niño vio que habían más personas ahí, personas que se supone no conocía.
En el sofá se encontraban Mina y Sero mirando algún programa que era demasiado entretenido para darse cuenta que estaba el infante mirándolos de manera atenta. Kaminari suspira mientras sigue examinando el lugar; sus ojitos miran a detalle cada espacio que él “desconocía”.
Camina un poco por el lugar, aún sin advertir de su presencia. Cuando ya estaba lo suficientemente lejos de la sala y se estaba encaminando a los dormitorios alguien le llamó la atención.
—Oh, ¿pero qué haces aquí tan solo? —Midoriya se acercó a él —. Tú no deberías estar tan lejos de quien te cuida —. Suspiró al notar que el niño asentía, un poco culpable de haberse alejado demasiado. El pecoso recordó haber escuchado que Bakugou estaba a cargo del pequeño Kaminari y no le haría gracia alguna notar que se fue de su lado y andaba vagando como si nada, sin nadie supervisándolo.
—Ven —le dijo acercando su mano.
El pequeño tomó su mano un poco dudoso.
Al instante oyó un estruendo y un par de gritos. El de ojos esmeraldas ya podría darse una idea quién sería el responsable de ese escándalo.
—Parece que ya se dieron cuenta de tu ausencia —le dijo al niño, el cual parecía sentir cada vez más culpa.
Ambos caminaron hasta llegar a la sala donde estaba sentado en el sillón un muy molesto Bakugou, el cuál estaba atado con cintas que Sero le puso para calmarle.
A su lado estaba un muy preocupado Kirishima y Mina se encontraba hablando por teléfono al parecer intentando localizar a alguien.
Midoriya carraspeó haciendo que todos en la sala le prestasen atención.
Antes de que alguien dijese algo más, el chico de cabello verde comentó:
—Me lo encontré caminando solo a los dormitorios.
Bakugou suspiró y relajó sus hombros. Sero liberó al cenizo al notarlo un poco más sereno.
—Oh, nos asustaste —Kirishima se acercó y tomó en sus brazos al niño —. No hagas eso de nuevo, Bakugou casi explota toda la sala.
Kirishima rió nervioso al recordar lo que pasó momentos antes, donde un muy molesto Bakugou estaba buscando incesantemente a Kaminari mientras preguntaba a todo aquel que pasaba si lo había visto.
No falta decir que el cenizo perdió la calma rápidamente cuando pensó en la probabilidad de que Denki hubiera salido sin que nadie se pudiese darse cuenta, y que finalmente alguna persona se lo haya llevado.
Kaminari era muy pequeño y fácilmente cualquiera podría llevárselo sin ningún problema.
—¿Quieres hablar con él? —le preguntó al infante el cual asintió.
