Prólogo

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Dinastía Goryeo, año 936.

Un alfa herido a muerte no pudo seguir avanzando y cayó sobre el frío suelo, su sangre roja y espesa era un fuerte contraste con la nieve. Se llevó una mano al abdomen y negó con  la cabeza al sentirse mareado. Su única prioridad era escapar y poner a salvo a su omega de quiénes los estaban persiguiendo.

—Tienes que escapar, Minnie...

El omega rubio se detuvo al escuchar el golpe de las rodillas del alfa contra el suelo.

—¿Jungkook?

—Corre.—El alfa respiraba agitado, la herida de espada en su abdomen le estaba causado una grave hemorragia.—Tienes que vivir, amor. Huye y pon a salvo a nuestro cachorro.

El Omega agrandó los ojos, sollozando.

—¿Y qué pasará contigo?

—Ganaré tiempo para tí.—El alfa intentó ponerse de pie pero no podía sostenerse del todo.—No me queda mucho, pero te salvaré.

Jimin tardó un poco en comprender la situación, pero cuando la realidad lo golpeó se limpió las lágrimas y sonrió con malicia.

—¿Qué se siente que tu pueblo sea destruido hasta ser convertirlo en cenizas, Jeon Jungkook?

El alfa lo miró con desconcierto.

—¿Qué dices?

—Acabaste con todo aquello que yo amaba. ¿Cómo si quiera pensaste que yo lo había olvidado? ¡Masacraste a mí familia! ¡A tu propio hermano!

—¡Tu siempre fuiste mío! Él solo era un estorbo.

El omega sacó una daga que mantenía escondida en su túnica y con un grito, y sin remordimientos, atravesó el corazón del alfa. Aquel corazón que tanto lo amaba. Jungkook agrandó los ojos con horror mientras caía al suelo sin poder creer que la persona que lo mataba era su pareja destinada. El amor de su vida. Su Jimin.

—¿Ji..min?

El omega gritó cuando el lazo se rompió. Pero su grito era de alivio, estaba siendo liberado. Jimin cayó al suelo mientras el dolor lo atravesaba, a pesar de no sentir amor hacia el alfa, su lazo era tan fuerte como para sentir la muerte de Jungkook en carne propia.

—Voy a ser libre de ti...—El Omega lloró de felicidad, su pequeño cuerpo sacudido por  la fuerza de su llanto.—¡Yo jamás te amé! ¡Te odio a tí y al bastardo que llevo en mi vientre! ¡Este cachorro debió ser de Seokjin! ¡El alfa al que siempre amaré!

El alma de Jungkook se quebró ahí mismo, matando el amor que sentía por la hermosa y traicionera criatura frente a él. No había más que irá y odio por haberse dejado engañar por la belleza angelical de ese demonio.

—Tu eres mío... Para toda...la...eternidad...—Con sus últimas fuerzas, el alfa gruñó antes de exhalar su último aliento.

El omega se retorció y comenzó a gritar cuando la misma herida que le había hecho a Jungkook apareció en su cuerpo. Fue ahí cuando comprendió, con horror, que el alfa había unido sus almas para siempre cuando lo marco. Lo que significaba que él también moriría con el alfa. Y lo que era peor, en cada reencarnación, se volverían a encontrar.

—¡Te odio!—Gritó con rabia, malgastado sus últimos minutos.—¡Yo nunca te amaré! ¡Esa será tú maldición, en esta vida y en las siguientes!








La Marca Del Alfa Jeon•|| Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora