Dinastía Goryeo
A pesar de que era prohibido acercarse a la residencia de alguien más, un alfa ágil y valiente, logró saltar los muros sin ser atrapado. La luna parecía conspirar a su favor, iluminando todo, menos a él. Con cuidado de no estropear el solitario lirio que llevaba en la mano, Jungkook se apresuró a llegar a una de las casas y lanzó una pequeña piedra a la venta. Como esperaba, la luz de una vela iluminó la habitación y la venta se abrió con sigilo.
-¿Quién está ahí?
El corazón de Jungkook cayó derrotado ante la dulce y musical voz del omega al que había extrañado con ferocidad. Su olor a cerezas llegó hasta donde el alfa se mantenía oculto. Una brisa fresca que lo hacía sentirse en casa. Jimin también percibió su aroma porque jadeó ante la sorpresa.
-¡Jungkookie!-Su voz sonaba alarmada mientras sus ojos lo buscaban entre la oscuridad.-¡Ya te he dicho que no te arriesgues viniendo hasta aquí!
Saliendo de las sombras, el alfa le sonrió con fingida inocencia al omega rubio mientras extendía el lirio en su dirección.
-¡Feliz cumpleaños número catorce, Jimin!
-¿Qué te he dicho de andar por la vida robándote las flores?-El omega negó con la cabeza pero extendió su pequeña mano para tomar el lirio blanco.-Esta bonito. Pero me hubiera gustado más que vinieras a mi fiesta de cumpleaños.
-Papá nos hizo entrenar muy duro toda la semana.-Jungkook sabía que el omega no podía ver sus nudillos, aún así ocultó las manos en su túnica.-Dice que un guerrero nunca descansa y nos hace entrenar a Seokjin y a mí hasta que no podemos continuar. Pero eso me hace feliz. Podré proteger a todos los que amo si llega una amenaza.
-Tu padre, el general, es cruel.
-Solo cumple órdenes y mandatos, como todo buen soldado. El honor de su espada depende de la sangre que derrame en nombre de su Rey.
Jimin frunció los labios.
-¿A eso has venido? ¿A darme lecciones?
El jóven alfa se pasó una mano por el cabello azabache.
-Vine a raptarte. Te hice una promesa, ¿Recuerdas?
-¡Oh!-Los ojitos del omega brillaron.-¿Me vas a llevar a ver el amanecer?
Jungkook asintió.
-Pero guarda silencio y date prisa o van a descubrirnos.
Jimin se puso calzado y una capa y con la ayuda de Jungkook, se escabulleron entre las sombras. Saltaron el muro de la granja y pronto se encontraban corriendo hasta la cima del pequeño valle en el que vivían. Era su lugar secreto. Solo de ambos.
-¡Oh, mira!-El omega chilló de felicidad al ver como una estrella cruzaba el cielo.-¡Dicen que es de buena suerte pedirle un deseo a una estrella!
-Yo no creo en esas cosas.
-¡Bueno, yo si!-El omega cerro los ojos y junto las manos.-Deseo que la prosperidad de la aldea dure muchos siglos. Qué la salud nunca nos falte y además...-Jimin pidió un último deseo en voz baja.-Por favor, estrella, escucha mis deseos.
-¿Qué fué lo último que pediste?
-Es un secreto.
-¡Dime!
-¡No! Si te digo no se cumplirá.
Jungkook frunció el ceño, molesto.
-¿Acaso no sabes que si hay algo que desees yo lo haré realidad para tí? ¡Dime!
Jimin odiaba ver a Jungkook tan afligido.
-Hay una cosa que deseo, pero que tú no puedes darme.
-Para mí no hay imposibles. Dilo y será tuyo.
-¿Acaso puedes hacer que Seokjinie me ame, Jungkook? Por qué si es así, no necesito rogarle a las estrellas.
El joven alfa se había quedado helado. Por primera vez en toda su vida lo dominó el terrible aguijón de los celos.
-¿Deseas a mi hermano?
El omega se sonrojo violentamente.
-Seokjin tiene un alma tan pura que es como ver el amanecer. Todo es más bello cuando él aparece. Me siento torpe y ansioso cuando él me mira. Mi corazón corre de prisa y me cuesta respirar. ¡Es tan fuerte y capaz! Es el alfa que yo quiero para mí.
Jungkook tenía las manos hechas puños.
-Seokjin es débil.
-Es sensible y romántico.
-Jamás te podría proteger.
-¡Te equivocas, Jungkook!-El omega se abrazó a si mismo y suspiró.-Solo entre sus brazos me sentiría a salvo. ¿Crees que las estrellas me cumplan mis deseos?
Pedirle deseos a las estrellas era algo inútil. Los juramentos a la Luna, en cambio, eran una promesa inquebrantable.
-Tu nunca vas a ser de Seokjin.-Juro entre dientes.
Jimin, quién estaba entretenido viendo como el cielo cambiaba de color, se giró hacia él con una sonrisa inocente.
-¿Dijiste algo?
-Dije que las estrellas son inútiles. Yo en cambio, le hice un juramento y una petición a la luna.
-¿Y qué fué lo que pediste?
La sonrisa que se formó en los labios de Jungkook era fría y maliciosa.
-Con el tiempo lo sabrás.
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La Marca Del Alfa Jeon•|| Kookmin (Omegaverse)
FanfictionLa aldea de Jimin fue destruida hasta los cimientos y el único botín de guerra que quedó fue él. Delicado, hermoso sin comparación e inocente, es el tesoro que todo el mundo ansía poseer. Sin memoria y desconcertado cae preso en un enlace forjado po...