El colibrí

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Parte 2: El colibrí

Aún recuerdo cuando él estaba vivo, cuando me abrazaba y me besaba en la frente, recuerdo cuando dormía rodeada de sus brazos, recuerdo que la mayor de mis preocupaciones eran si él querría jugar conmigo o si me llevaría a la plaza, recuerdo todo el amor que podía sentir al estar seca de él, recuerdo tantas cosas, que me duelen tanto pero que temo que si no las recuerdo las puedo perder.

Saben, para las mujeres, la figura paterna, un padre, siempre es y será algo importante en nuestras vidas, si bien amamos a nuestras madres y son nuestro primer ejemplo de mujer, habrá siempre algo especial entre la relación padre e hija, un amor especial y momentos que una madre jamás podrá reemplazar. Yo aún recuerdo el rostro de mi padre, recuerdo todas sus palabras, todos sus gestos y todos los momentos que pasamos juntos, pero también recuerdo todos esos momentos en los que lo necesité, cuando se me cayó mi primer diente, cuando me internaron por primera vez, cuando un niño me dijo que era linda, en mi cumpleaños de quince, en mi misa blanca o simplemente cada vez que necesitaba un abrazo.

Aún recuerdo su amor, recuerdo que cada vez que me abrazaba era como si yo me fundiera en él, como si fuéramos una sola persona, recuerdo que cuando me sentaba en sus piernas me sentía la persona más importante y alta del mundo, recuerdo el alivio de oír sus latidos cuando dormía en su pecho y recuerdo la seguridad ciega de cuando esta cerca del él, podía derrumbarse el mundo, pero mientras yo estaba de la mano de mi padre no le temí a nada. Me gustaría poder tomarle la mano ahora, porque Dios sabe lo asustada que estoy.

El miedo que siento, me recuerda mucho al miedo que sentí el día que me dijeron que el cáncer había vuelto. Yo era pequeña y no entendía bien porque mi madre lloraba tanto, entonces se acerco a mí, me sentó en una silla frente a ella, me tomo la manito y me dijo que algo muy malo había comenzado a asechar a mi padre de nuevo, yo en mi inocencia, le sugerí que simplemente lo ahuyentara, y por un momento a mi madre se le ilumino la cara y me sonrió, la sonrisa de mi madre era tan hermosa y brillante, que podría confundirse por una estrella, me temo que ahora ya no es así.

Tiempo después mi padre una tarde de toz y cansancio me rebeló el nombre de aquel mal que lo asechaba: cáncer, yo no entendí que rápido podía llegar a él, hasta que ya no estuvo conmigo.

"Nunca confíes en el tiempo que te queda con un una persona, si es importante, solo disfrútalo"

Actualmente, me planteo constantemente si algún día volveré a sentir ese amor, ese amor que parece droga, que te sube la sangre, que te da fuerza, que te guía, que te ilumina, que te hace sentir que tu lo puedes todo y contra todos, que sientes que eres poderosa. Por mucho tiempo he buscado ese amor, en caras falsas y palabras vacías de hombres sin importancia, lo he buscado cada día y noche de mi vida en la mano y el corazón de mi madre, y aunque allí he encontrado un amor enorme, infinito y puro, no es el mismo, también he buscado en chicas buenas, en amigas verdearas, pero tampoco es igual, ni siquiera cerca.

Mi único pesar es jamás encontrarlo, por muchos años el recuerdo de este amor es el único que me ha impulsado, que me ha alentado y mantenido, que me ha ayudado a ser fuerte, por mi familia, por mi madre, por mi hermano y por mi padre, que aunque ya no estaba quería honrarlo, enorgullecerlo, pero ahora todo es distinto, tengo este algo, esta sensación, este nudo, o vacío , como quieras llamarlo, que me consume las fuerzas, que me agota antes de haber empezado, que cada vez me sumerge un poco más en una oscuridad de la cual no estoy segura de que pueda salir.

Necesito seguir adelante, aunque sea fingiendo, pero debo hacerlo bien, porque si alguien nota mi debilidad entonces ya no sabré qué hacer, caeré en la oscuridad y aunque mi padre milagrosamente se levante de entre los muertos no estoy segura de que pueda traerme de aquel lugar, no estoy segura de que yo misma pueda volver de ese lugar.

Ni siquiera sé qué implica ser yo misma.

Las personas siempre te dicen "descubre quién eres" o " sólo debes escuchar tu corazón", pues saben qué, el corazón es un órgano, y no lo escucho, a menos de que mis latidos sean un extraño mensaje en código Morse no tengo idea de qué me dice el corazón, ni el alma, y no tengo idea de cómo descubrirme a mí misma, nadie jamás te dice que será tan difícil.

Recuerdos:

Son algo poderoso,

Algo que vive en ti

Que crece de ti y de las personas que te rodean.

Son de muchas formas y tamaños

Algunos duelen

Otros sangran

Y otros matan.

Son poderosos y duraderos

Si los cuidas bien jamás te abandonan

Y si los usas bien

Te impulsara a hacer las cosas más maravillosas.

No los dejes ir jamás

Porque ellos son tu legado

Tus compañeros

Son parte de ti

De tu corazón

Y tu alma.

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