❝Cαмιɴo de Roѕαѕ❞ Cʜʀɪsᴇʀɪᴄᴋ

ᴄαᴘɪ́ᴛᴜlᴏ 2.

 

—¡¡ESTO ES UNA PUTA MIERDA, ZABDIEL, UNA PUTA MIERDA!!

—Tranquilizate Christopher, respirar.

—¡¡COMO QUIERES QUE ME TRANQUILICE ZABDIEL!!–Trató de  normalizar su respiración. —M-me engaño... –sollozó.

—Lo sé hermano, es difícil pero lo podrás superar lo. Bien dicen, qué “no hay mal que por bien no venga” .

—Ay Zab, ¿porque me hizo esto? Yo dí todo de mí para que ella fuera feliz, y así me pago... –Lágrimas comenzaron a descender por su rostro.

—Ni yo lo se, pero te aseguro que ahora debe estar arrepentida. Y ya no llores Chris, me duele verte así hermano.

— A pesar de que ya transcurrió un año, no puedo olvidar lo que me hizo, Necesito dejar de pensar en ella y en el maldito perro de Sebastián...¿Que tal si nos vamos de fiesta? Así ahogo un poco mis penas, ¿que opinas? –dijo apenas audible.

—¡Dimelo papi!
¡Esa es la actitud! –dijo orgulloso.

—¿Le diremos Rich? Me enteré que anda aquí, en la ciudad. –habló más tranquilo.

—No creo que quiera venir, esta con su hijo. Como era... Ernesto, no, Ernando, no no. –se quedó pensando, en el nombre del niño.

—Es cierto, no creo que quisiera venir. No lo veo desde años cuando su hijo tenia solo 4 .

—Si, como estara de grande su hijo, creo que tendrá, ¿no se 15 o 16?

—Creo que si.

—Ya me he acordado, se llama Erick.

—Erιᥴk... –Repitió, sin entender por qué le llamó tanto la atención .

—Me voy a cambiar, ¿paso por ti a las 9?

—Si, si, no te olvides el paraguas. Va a llover.

—Está bien, puntual Christopher porque te conozco eh.

—¡Oye! ¡Soy puntual!

—Si ajá , y yo nací ayer.

—¡Ta' bien, ta bien! – Levantó las manos en son de paz.

—Adiós.

   A̷mbos se despidieron con un abrazo fraternal. Christopher se dirigió a la lacena en busca de algo para comer, ya que así lo pidió su estómago, y él como buen chico satisfacio la necesidad de su querido estómago.