Percy Jackson y la fuente de la vida

Noche en el bosque

Percy y yo estamos en el campamento, mirando las estrellas desde una plataforma. Hace un tiempo decidimos crear con agua y frio una plataforma en el agua.

Ahi nos encontramos cada tarde para mirar las estrellas.

Ese era mi último dia despierta, en unos minutos más, tendria que despedirme de Percy por un año, y dejar de verlo por ese año.

Me ponia demasiado triste ese pensamiento, pero no podia sacarlo de mi mente. Era como la suciedad de un ojo, molesta, duele y cuesta sacarla.

Percy se encontraba acostado, con los brazos en su cabeza mirando el cielo. No estaba estrellado, pero aun asi era hermoso.

El sol iluminaba todo de día. Tenia completo poder de todo.

Despues de un largo momento de silencio, apoye mi cabeza en el pecho de Percy.

-¿No hay forma de acortar el tiempo... en que estes congelada?-pregunto y yo sonrei-.

-Creo que no...

-Es que... sin ti, esto es tan diferente...

-Sin ti... yo no tengo vida-dije con lástima- agradesco que existan los sueños...

-Prefiriria que jamas te hubieras enterado de tu poder...

-No estas pensando lo que dices-dije mirandolo- sino lo supiera no estaria aqui... primero no habria venido aqui, segundo ya estaria muerta...

-Si... tienes razon...

-De todas formas, nos volveremos a ver...

-Los años... eso me preocupa... yo voy haciendome cada vez mayor mientras tu... cada vez que duermes es como si te quedaras pegada en un año... como que rejuvences...-rei a su comentario-.

-Para mi siempre seras guapo- dije y el sonrio- si lo que te importa es lo que piensen los demas... no los tomes en cuenta, no importan...

-¿Alguna vez pensaste en ser psicologa?-volvi a sonreir-.

-Creo que ya es hora de que vayamos a mi "habitacion"- dije haciendo comillas con los dedos- ya va a ser la hora.

Nos pusimos a caminar, siempre que me tocaba mi sueño me iba al lugar donde Percy tenia todas las cosas de su padre. Era su lugar de cosas importantes...

Cuando ya fue la hora, comencé a congelarme igual que la primera vez.

El hielo comenzaba a abrazarme desde los pies, tocaba cada músculo, cada célula de mi cuerpo se detenía con un simple toque.

Mi corazon era el único que seguía en movimiento y era el, el que me recordaba las cosas buenas de la vida. Felicidad, amor, compasion, sensibilidad, entre otras cosas.

Cosas que no se pueden comparar con un simple objeto.

Cerré mis ojos, cuando la primera estrella salió, cuando mis ojos se cubrieron por una capa de frío, cuando dejé de sentir... el calor de un ser amado.