En alta mar el agua es azul como los pétalos de la más hermosa centaura, y clara como el cristal más puro; pero es tan profunda, que sería inútil echar el ancla, pues jamás podría ésta alcanzar el fondo. Habría que poner muchos campanarios, unos encima de otros, para que, desde las honduras, llegasen a la superficie.
Pero no creáis que el fondo sea todo de arena blanca y helada; en él crecen también árboles y plantas maravillosas, de tallo y hojas tan flexibles, que al menor movimiento del agua se mueven y agitan como dotadas de vida. Toda clase de peces, grandes y chicos, se deslizan por entre las ramas, exactamente como hacen las aves en el aire.
Observó de lejos como una ballena había dado un salto al exterior y volvió al agua. Los rayos del sol se filtraron haciendo que el agua se viera mucha más hermosa, como deseaba conocer la superficie pero tenía que ser realista eso estaba prohibido.
Sus cabellos se movían al son del agua mientras el movimiento de su cola provocaba burbujas que subian a la superficie, soltó un suspiro vencido. Debia quitar esa idea tonta de su cabeza, estaba prohibido que el saliera a la superficie aún cuando sus deseos fueran demasiado grandes.
—¿Volviendo a desear subir?— preguntó alguien detrás de él, con una voz juguetona pero dulce.
El dio un pequeño respingo volteando se rápidamente para encontrarse a su hermano mayor que le veía detenidamente.
—No, para nada— respondió rápidamente negando con las manos.
Su hermano se acercó para tomarle la cara y hacer que lo mirará a los ojos de diferente color.
—Ya hemos hablado del tema, Eijiro. No debo repetirlo nuevamente— le regaño levemente mientras el chico de cabello rojizos asentía levemente.
Había bajado la mirada al sentir el regaño de si hermano, aunque sabía que este lo hacía por su propio bien.
—No hagas eso, sabes porque lo digo. Lo que menos quiero es perderte a ti también— susurro abrazándolo.
Eso lo sorprendía, no es que fuera algo nuevo pero su hermano no era de esos que se la pasaba dando abrazos todo el tiempo.
—Lo se pero estás siendo muy sobreprotector— le miró para separarse un poco.
—Lo hago para proteger te, recuerda lo que ocurrió con nuestros padres y nuestro hermano Touya— murmuró con tristeza el bicolor.
Eijiro lo recordaba perfectamente, sus padres habían muerto hace seis años cuando tan solo el tenía diez años. Un barco los había chocado cuando estos estos descansaban en unas rocas, por suerte ellos dos junto con otros de sus dos hermanos mayores habían sobrevivido debido a que estaban en otras rocas lejanas observando todo con los ojos abiertos, no pudo evitar entristecerse por aquellos recuerdos.
Pero eso no podía evitar que sintiera curiosidad por el mundo exterior.
¿Que se encontraba en la superficie?.
—Comprendo pero— quiso decir algo más pero fue callado.
—Nada de peros, lo que menos quiero es que los dos piernas te lleven— le interrumpió—. Jamás me lo perdonaría.
El asintió con la cabeza mirando por última vez lo que tal vez nunca podría conocer.
~•~•~•~•—Al parecer se les a hecho tarde— les saludo Denki nadando un poco hacia el encuentro de ambos hermanos.
Eijiro le dedicó una mirada a el mientras que con su cabeza señalaba a su hermano.
—¿Pensando en el mundo de allá arriba?— le preguntó alguien más saliendo al encuentro también.
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TRITÓN [BakuShima]
Fiksi PenggemarY hubo algo más bello que el mar del cual el se enamoró.