¿quién eres? parte 1

3 1 0
                                    

-estas en una furgoneta, atada de pies y manos, ya te imaginarás que no es la mejor situación

-pero, ¿¡ cómo he acabado aquí!?

-estabas corriendo con tu amiga, y te secuestraron, pero vamos a dejar la charla. Abre los ojos y levántate, y ya me encargo yo del resto

-¿me puedo fiar de ti?

-¿tu que crees?

-que no tengo otra opción

-exacto

De repente consigo despertarme y me encuentro de verdad en una furgoneta, y encima atada.  Que ostia me daba a mí misma por no reaccionar antes.

De un salto me levanté, y mis secuestradores, entre los cuales la mayoría son chicas poco mayores que yo y encima me suenan de algo, lo cuál me descoloca, me gritan que me esté quieta o Tere sufrirá las consecuencias, y después, yo.

Hay un fuerte sacudida, y para cuando me quise dar cuenta, estaba tumbada en mi cama, y ya no estaba con las manos atadas.

Milagro mágico.

Me levanté, y al girar la cabeza, me di cuenta de que había alguien más en mi habitación, alguien que yo no conocía.

-¿hola?

-bueno, no pretendía que me vieras tan pronto la verdad

Era un chico. Uno alto, que llevaba dos cabezas a lo sumo, de facciones marcadas, pelo negro azabache, de ojos azules, y bien formado. Por lo menos a primera vista

-¿eres el que me hablaba en sueños, dándome advertencias?

-si, las cuales has ignorado como una bruta, desde luego

-no todos los días se duerme una y escucha esas advertencias tan siniestras

en un momento caí. ¡¿donde está Tere?!

-¡por dios, dime donde esta Tere!

-um... eso es más difícil de saber

-¿¡no la has salvado!?

-no me ha dado tiempo, lo siento

-no te conozco, pero tengo ganas de matarte

-hey, que te acabo de salvar de que te maten a ti

-¡¿pero que hay de Tere?!

-está a salvo, a la que quieren es a ti

-¡¿a mí?! ¡¿por qué?!

-es muy pronto para decírtelo

-¡sólo dime si la puedo salvar!

-ya la habrán soltado, tranquila

-¡cómo lo vas a saber!

En ese momento empecé a llorar sin consuelo alguno. Mi mejor amiga, secuestrada, y aquí estoy yo, en mi cama a salvo con un chico que no conozco. Bueno, a salvo exactamente no estoy.

-mira... no llores. Yo la encontraré ¿vale? y te la traeré delante tuya, sana y salva

No confío en gente que acabo de conocer, pero era mi única esperanza para encontrar a Tere.

-¿lo prometes?

-si, tu descansa 

Y se esfumó en un segundo. No sé como pude escapar, pero estaba claro que él tuvo algo que ver. Así que, era posible que Tere volviera. Quizás

Estaba en shock, pero no podía hacer nada más por Tere que llamar a la policía.

Les dije todo lo que había pasado, pero cambiando el echo que salí mágicamente de la furgoneta,  diciendo que pude salir por la puesta trasera, pero no pude ayudar a mi amiga.

Después de esto, viendo la hora que era, me duché y cené lo primero que vi en la nevera.

Y por mucho que lo intentara dormir, no lo conseguía
  

Extrañamente, por la mañana me desperté después de dormir dos horas, no muy reconfortantes.

De repente sonó mi teléfono,  y empecé a llorar desconsolada al ver que era procedente del móvil de Tere.

-¡Claudia!

-¡Tere! ¡dios, ¿estas bien?!

-si, de repente después de que tu te esfumaras como por arte de magia,  yo cerré los ojos y estaba en mi cuarto, extrañamente como si nada hubiera pasado ¿hay algo que me tengas que decir?

-si, ¡ven a mi casa AHORA!

-y yo creía estar estresada, joder

-ya ves que no, ¡VAMOS!

Si, estoy un poco borde, hay que admitirlo. ¿Todos tenemos nuestros defectos, verdad?

Pronto habrá más misterios, sobre todo de forma "extraña", así que no dejéis de leer la historia

La puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora