Abismo de sueños // Yoonmin

Capitulo 4

Un alegre peli rosado se encontraba comiendo a gran velocidad de su plato. El peli menta solamente se limitaba a mirar a su menor digerir tan apresurado el delicioso brownie con helado, chips de chocolate y nueces que le había comprado exclusivamente para el, como postre después de haberse comida ya un plato de exquisito estofado junto con un riquísimo kimchi acompañado de un poco de kimbap.

Yoongi sonrió inconscientemente cuando vio las mejillas de Jimin rellenas del postre anteriormente dicho y las comisuras de sus labios manchadas de helado de vainilla. Llevo su dedo pulgar a los labios de Jimin para retirar el rastro de helado de estos, luego de aquello lamió lo que quedo en su dedo. 

No bastan las palabras para expresar cuan rojo se encontraba Jimin por lo que hizo su hyung, así que opto por evitar la mirada de su mayor. Yoongi noto esto y le divirtió la escena, su donsaeng esquivando su mirada a toda costa mientras sus labios se abultaban en un infantil puchero y el color de su rostro delataba toda la vergüenza contenida. Una imagen sumamente tierna de apreciar.

-jajaja vamos Jimin, ¿Tan feo soy que te avergüenzas de mi? -bromeo el peli menta mirando como el menor negaba repetidas veces-

-n-no es eso hyung -contesto- es solo...que...lo que hiciste...-los nervios estaban devorando al pobre chico hasta el punto de no dejarlo hablar bien-

-ya veo -respondió indiferente-

Un silencio sepulcral lleno el espacio entre ellos, fue incomodo el momento pues a ninguno de los dos se le ocurría algo que decir para romper el duro hielo. Jimin volteo a ver a Yoongi quien lo miraba fijamente a el con una expresión que se le hacia imposible de descifrar pero que no lo necesitaba, mientras mas se observaban, mas comprendían. Pero seguía siendo tremendamente confuso el sentimiento que sin saberlo, ambos compartían.

Pronto los dos chicos se encontraron a si mismos escudriñando con la mirada en los recovecos de la mente ajena, en la entrañable búsqueda de algo, una señal, alguna pista, lo que los ayudara a comprender por que rayos se seguían viendo y el mundo a su alrededor se había desvanecido así como así.

Era complicado, la respuesta al parecer estaba mas que oculta y la llave para abrir el cofre que la resguarda estaba extraviada. Jimin no sabia que pensar pero eso no le afectaba en lo absoluto. En cambio Yoongi...el ni siquiera tenia cabeza en ese preciso momento, le resultaba molesto el no saber como sentirse ante los atentos orbes avellana, era una sensación ¿Reconfortante?. No sabia muy bien que nombre darle a la palabra, pues el es solo su amigo y su querido menor.

-¿Hyung? -llamo con una tenue voz al mayor, agitando su manito frente a la cara de Yoongi-

El nombrado parpadeo varias veces saliendo de su burbuja de pensamiento y adentrándose de nuevo en la realidad.

-¿Que decías Jimin? 

-pues, se quedo un largo rato viéndome con una cara extraña y no me escuchaba cuando le hablaba -explico el peli rosa, y Yoongi solo se pudo dar una bofetada mental- ¿Se encuentra bien?

-si si, solo me distraje un poco, lamento no haberte prestado atención 

-no hay problema hyung, por cierto, muchas gracias por la comida -hizo una reverencia en su asiento y le sonrió al pálido-

-no es nada, ahora déjame llevarte a tu casa y tal vez puedas contarme con mas detalle lo que quiero saber -Yoongi se levanto, saco dinero de su cartera y lo dejo sobre la mesa- vamos -extendió su mano hacia Jimin y este la tomo con gusto-

Caminaron sutilmente tomados de la mano en su trayecto de vuelta a afuera, acción que Yoongi noto desde hacia bastante rato y le parecía cómodo ya que la mano del menor era gordita y cálida a comparación de las suyas, frías como su propio corazón. Jimin estaba mas que feliz de estar tomando la mano de su hyung sin ser apartado ni rechazado. Claro que no falto una que otra mirada de desaprobación por parte de las personas que los veían en una, según ellos, "escena asquerosa", pero ellos solo los ignoraron, después de todos solo son amigos.