Capitulo 2

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Poco a poco fue abriendo sus ojos por la molestia que le causaban los pocos rayos de sol que se colaban por las cortinas y atravesaban el vidrio de la ventana. Se froto los ojos y cuando se vio en sus cuatro sentidos, observo que se encontraba en su habitación. No recordaba con exactitud como y cuando llego a su hogar (si es que le podía seguir llamando así), estaba desorientado. El recuerdo de aquel misterioso chico inundo su mente, su imagen estaba borrosa pero aun así no podía sacarla de su cabeza. Quería, no, deseaba preguntarle un par de cosas.

¿Quien era?, ¿Por que lo observaba a el?, y lo mas curioso, ¿Por que lloraba?

Son preguntas que muy probablemente se queden sin su respuesta ya que jamas volverá a verlo. Bueno, el no sufrirá por ello, aunque tenga que cargar con esas dudas hasta el día que las olvide.

Extendió su mano hacia la mesita de noche que estaba justo al lado de su cama para tomar su celular. Presiono el botón de encendido y su boca tomo la forma de una perfecta "o" al ver que había pasado ya media hora desde que empezaron sus clases.

-mierda...

Se levanto de su cama de un salto y corrió al baño, se desprendió de cada una de sus ropas y ingreso a la ducha, ni siquiera se molesto en esperar el agua tibia y su piel se erizo en cuanto las gotas frías hicieron contacto con su cuerpo. Una vez fuera del baño, se vistió y arreglo con gran rapidez, tomo su maletín junto con todo lo necesario y salio corriendo de su casa rumbo a su escuela.

Le tomo unos 5 minutos recorrer siete calles para poder llegar a una hora aceptable. Finalmente un cansado y muy agitado Yoongi se dirigía a pasos agigantados por los desolados pasillos hacia su salón, cuando choco con un chico que sin querer, hizo caer gracias al impacto.

-oh lo siento, déjame ayudarte -le extendió la mano al chico que tenia una singular cabellera rosada que se le hizo familiar-

El joven tomo su mano y con cuidado fue levantado del suelo por el pálido que. Al ver su rostro se quedo perplejo. Era aquel chico que vio en el cementerio y al que creyó no volver a ver jamas, ahora podía ver su rostro mas nitidamente y vaya que no estaba nada mal. Poseía un lindo rostro con rasgos delicados, unos ojos grandes de un suave color avellana acompañado de unas mejillas rojas y regordetas, y para rematar había sido dotado con unos perfectos y carnosos labios rojos como una dulce manzana.

Yoongi estaba tan sumergido explorando las facciones del chico que no se dio había dado cuenta que este le hablaba.

-amm...d-disculpa, pero ¿Podrías soltar mi mano, por favor? -hablo el joven con una tímida voz.

Santo Dios, esa había sido la voz mas hermosa que había escuchado en su vida.

-¿Ah?.

Yoongi bajo su mirada y vio que aun sostenía la mano del chico, aquella manito que, a comparación de la suya, era mucho mas pequeñita. Ternurita.

- ¡Ah! -exclamo, soltando la mano ajena- lo lamento, hoy estoy muy distraído -soltó una risita nerviosa mientras se rascaba la nuca-

-no te preocupes, por cierto ¿Podrías decirme donde esta el salón 9-4?

-justo voy para allá, podemos ir juntos -le sonrió amablemente al peli rosado y este le devolvió el gesto. Por alguna extraña razón este chico había logrado algo increíble justo ahora, hacerlo sonreír-

-oh muchas gracias...

-Yoongi, Min Yoongi -contesto-

-muchas gracias Yoongi-hyung, mi nombre es Park Jimin -se presento con una reverencia ante su mayor antes de comenzar a caminar-

Abismo de sueños // YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora