La Penumbra

6 0 0
                                    

Alexa, Theresa, el doctor Patrick y yo entramos a esta dimensión que se conoce como La Penumbra. No es un lugar nada bonito para ser exactos. Es un lugar oscuro donde el cielo es color púrpura y que hay muchos Desaliecs por todas partes. Y el agua es color roja oscura. Por lo que estoy viendo, hay pirañas mutantes con antenas alienígenas y ojos de mosca. Los árboles no tienen hojas. Son árboles muertos. Y el suelo es muy rocoso y de un color gris oscuro. – Tengan mucho cuidado muchachos, esto se pone muy intenso – nos dice el doctor Patrick. – De acuerdo, gracias doctor – le digo. – De nada, por cierto sólo llámame Patrick – me dice el doctor. Hasta ahora, tomaré en cuenta su consejo. Cruzamos el río rojo y sin ser mordidos por ninguna piraña mutante. Oímos a alguien llorar. Y es un Desaliec, pero de color blanco. Corrimos hacia él. - ¿Qué pasó? ¿Qué tienes? – le pregunto. - ¡Mi papá es malvado! – nos dice el pequeño Desaliec blanco. – Pero, ¿cómo es malvado en sí? – le pregunta Theresa. – Bueno, les contaré. Si quieren, siéntense – nos dice el Desaliec blanco:

Después de que nuestro planeta Nibarú fuese absorbido por el agujero negro, yo estuve llorando de dolor y mi papá me ordenó que viniese con nosotros con los de nuestra especie al planeta Tierra. Él abrió un portal en el cielo con sus manos hacia nuestra Penumbra y ordenó que todos los Desaliecs invadieran su mundo para matar a más gente humana. Yo me escapé y mi papá me tortura y me maltrata, y me obliga a estar solo. Por eso ningún Desaliec me quiere porque soy diferente a ellos. Todos los días, me la paso solito, sin hablar con nadie y comiendo pirañas mutantes. Necesito su ayuda terrícolas. No quiero que inicie una guerra mundial contra los seres no identificados.

- Ya veo, pero, ¿tú papá es el líder, no? – le pregunto.

- Sí, lo es. Pero tengan cuidado, él es muy peligroso – nos dice el pequeño Desaliec blanco.

- Tranquilos, no somos los terrícolas que vinimos a hacerte daño. Queremos ayudar a que vuelvan a su mundo pero en otro planeta y dejes que los seres humanos convivan en paz – le digo.

- Está bien, muchachos. Gracias – me dice el pequeño Desaliec blanco y lo abrazamos grupalmente.

Las Crónicas de Jack Garrison: Una Hermandad OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora