De camino al aeropuerto

11 0 0
                                    


         Alguien toca la puerta y mi mamá corre para ver quién está allá afuera. Abre la puerta y allí está Emily. –Hola señora Garrison, ¿cómo está usted? – la saluda Emily con un beso y un apretón de manos. Ella entra y saluda a mi papá y a mi hermanita. - ¡Hola Jack! ¿Cómo estás? – me abraza fuertemente. – Bien Emily, te ves bien bonita – le digo, con un tono de voz muy suave. – Gracias – me dice sonriendo. Ella se ve muy bonita. Tiene el cabello rojizo, y llevaba un vestido rosado con sandalias rojas. Su piel era de color blanca. Parecía que el corazón se me latía a mil kilómetros por hora, pero de todos modos yo la quiero como una amiga. La veía fijamente y sin parpadear. Se me salía baba de la boca. – Jack, ¿qué te pasa? – me pregunta Emily. – Nada Emily, ¿quieres desayunar? – le pregunto. – No gracias, yo ya desayuné, come tú – me dice, agarro mi tenedor justo cuando mi mamá pone mi desayuno sobre la mesa, y empiezo a comer. – Emily, sé que ustedes son menores, pero, ¿quién los va a acompañar en ese viaje? – le pregunta mi mamá. – Nos van a llevar mis padres, señora Garrison –le dice Emily. – Está bien, tengan mucho cuidado, allá hay muchos peligros – le dice mi mamá. – Tranquila madre, nosotros tenemos botiquín y además, ya tenemos diecisiete años y sabemos defendernos – le dije, terminando de comer. Me lavo las manos y abrazo a mi mamá. – Cuida a mi papá y a Ashley mientras no estoy –le dije. – Está bien hijo, llámame cuanto aterrices – me dijo mi mamá, llorando. El pitido del auto suena, y Emily y yo salimos de la casa y nos despedimos de mi familia. El papá de Emily nos ayuda a poner nuestras maletas en el maletero del auto, y enseguida nos subimos. – Hola Jack, ¿cómo estás? –me pregunto la mamá de Emily. – Bien señora, preparado para este viaje – le digo. - ¿Te importaría si pongo un poco de música para ambientar el viaje? – me pregunta el papá de Emily. – Sí claro – le dije. Y el papá de Emily encendió la radio y sonaba "Breathe Me" de Sia. Emily cantaba bonito. Su voz parecía mucho a la de una sirena del mar, esas criaturitas de los cuentos infantiles de los cuales mi mamá nos solía leer para dormir. Mientras tanto, yo veo la calle. Los perros correr por sus discos voladores y los niños jugar con sus bicicletas y sus padres. Pero en un abrir y cerrar de ojos, llegamos al aeropuerto de Los Ángeles.    

Las Crónicas de Jack Garrison: Una Hermandad OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora