Ayudando a Helen

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En cuanto se desactivó la cámara que nos permitía comunicarnos con Carrie, de repente suena otra llamada. Activamos la cámara. Es Helen.

- Hola Helen, ¿cómo estás? – pregunta Patrick.

- ¡Bien! Estoy sobrevolando Sydney y está completamente destruida – dice Helen.

- ¿Quieres que te ayudemos? ¡Yo me quedaré vigilando la nave! – dice Derek.

- ¡Si pueden, ayúdenme! – exclama Helen.

Derek desactiva la cámara y se pone a hablar a todo pulmón:

Escuchen chicos, la mayoría de las chicas están haciendo un gran trabajo para salvar al mundo. Pero una de ellas necesita nuestra ayuda. Así que vamos a sobrevolar Sydney. Puede que las cápsulas de escape ya están agotadas, pero hay una solución. Vamos a usar un bote espacial de emergencia que nos ayudará a acercarnos más a Helen. Yo me quedaré conduciendo esta gran nave, pero siempre estaré pendiente de ustedes. Súbanse a ese bote espacial, y buena suerte muchachos. El destino del mundo depende de nosotros.

Rápidamente subimos al bote de emergencia y se abre el suelo. Este bote no llevaba remos, ni nada. Tenía volante para ser manejado por cualquiera. En este caso, el conductor es Patrick y yo soy uno delos pasajeros. No tardamos tanto en llegar. Pese a que los portales se cerraban uno por uno, todavía el cielo seguía nublado, como forma de que esto ya es el fin del mundo. No hay luz sin dejar rastro en el cielo. Vemos a Helen montada en su nave. - ¡Hola Helen! ¿Necesitas ayuda? – le pregunta Patrick. – Sí chicos, ayúdenme. Hay que trabajar en equipo para salvar al planeta – dice Helen. Tomamos nuestras armas que estaban en el bote y comenzamos a luchar. George comienza a disparar con su pistola láser, Oscar usa la bazuca espacial, Patrick utiliza armas secretas sacadas de su botiquín y yo utilizo mi sable láser. Helen sigue manejando en su nave como conductora. Disparamos y atacamos uno por uno a los Desaliecs. Poco a poco, están desapareciendo. Cuando vemos el portal,tuvimos una idea. – Helen, ¿tienes sustancia dorada? – le pregunto. – Sí Jack, ¿por qué? – me pregunta. - ¡Creo que tengo una idea! – le exclamo. Ella me dala sustancia dorada en una cápsula de Petri y se la inserto a la bazuca de Oscar. Disparo hacia el portal. Al hacerlo, otra gran explosión comienza a ocurrir. El portal hace una erupción de la sustancia dorada inundando toda la ciudad de Sydney, y con esto, el color azul del agua desaparece y enseguida, los Desaliecs comienzan a convertirse en humanos. Todo parece resultar excelente. Tenemos la esperanza de que los humanos podamos conseguir la gran victoria. El portal se cierra y el cielo explota, cambiando de color de rosa anaranja.

Las Crónicas de Jack Garrison: Una Hermandad OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora