Capítulo V

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Lunes, ¿Por qué odiaba tanto los lunes?, es como una descripción gráfica de ti comiendo un helado cómodamente en el sillón de tu casa mientras observas televisión, vengan a quitarte tu comidad, apagarte la tv y lo más importante quitarte tu helado, pues así puede ocurrir con este día si lo ves desde esa perspectiva, estás relajada en tus dos días libres y viene él a arrebatarte todo recordandote que tienes deberes y obligaciones que hacer, aburrido. Tal y como yo lo veo es el comienzo de algo que puede terminar o muy bien, o muy mal, dependiendo de cómo se desarrollen tus días, para mí siempre hay algo nuevo así que ya estaba acostumbrada.

Cuando al fin acepté que es lunes y debo ir al instituto me quedé visualizando el techo como ya en todas las mañanas, es la forma que mi cuerpo y cada célula, particula, glóbulo y gota de sangre todo eso en conjunto con mi cerebro pueda aceptar que debo levantarme, ser una niña grande y no ponerme a llorar y a quejarme como suele hacer Sofi diciendo a todo pulmón que la dejes cinco minutos más porque no quiere ir. Finalmente de pie me dirigí al baño con mi rutina de aseo de la mano. Decidí ir algo cómoda al instituto hoy, un mono unicolor morado, una camisa blanca con detalles en combinación con el mono, unos Adidas, mi habitual peinado y maquillaje.

Mi mamá ya tenía el desayuno listo, la saludé al igual que a mis hermanos y me senté junto con ellos en la mesa del comedor, hablamos de distintos temas, le pregunté a Drake como se preparaba para iniciar el próximo año en la secundaria, mi hermano Drake no es tan pequeño como lo aparento pero para mí siempre los dos serán mis bebés, tanto él como Sofi, a ella por otro lado le pregunté sobre cómo le iba con sus tareas y si tenía muchos amigos en el colegio, al terminar subí nuevamente a mi habitación para buscar mis cosas e irnos. Ya en vía hacía el instituto Samanta me dice que no me podrá buscar a la salida, no tuve más opción que acceder.

Ahora tengo que buscar como llegar a casa al salir.

Dejamos a mis hermanos en su colegio, ambos se despidieron de nosotras con un beso y salieron del auto. El instituto no quedaba muy lejos de allí y en menos de 10 minutos ya me encontraba hablando con Lía mientras aún no sonaba la campana.

Al sonar el timbre, entramos en nuestras respectivas aulas. El profesor de inglés pidió a todos que fuésemos eligiendo un número del uno al treinta para así ir quedando con nuestras parejas de manera al azar, afortunadamente me tocó con Damián.

-¿Yo resuelvo la primera parte y tu la segunda?.- Preguntaba Damián mientras miraba la hoja del examen, a lo cual le dije que estaba bien.

Al finalizar la evaluación me fui a dónde estaban Mónica y Lía.

- Justo contigo quería hablar.- Dijo Mónica mirándome fijamente con sus ojos azules.- Estaba pensando en que vayan las dos a mi casa hoy, ya saben para pasar el rato y así conocen a mi familia.- Colocó cara de niña pequeña cuando le pide algo a sus padres.

- No creo que pueda.- Enseguida rechazó Lía y tampoco dijo el por qué de su repentina respuesta. Mónica y yo símplemente nos miramos extrañadas y aceptamos.

Verdaderamente no entendía a Lía, su repentino aislamiento, aunque a veces aceptaba, era más las veces que nos rechazaba, no me molestaba que tuviera algo o que simplemente quisiera espacio, era el hecho de que puede contar con nosotras para cualquier cosa, o en su defecto conmigo si todavía no le tiene la suficiente confianza a Mónica pero prefiere guardarse todo. Sinceramente no lograba comprender y aunque le pregunto no me dice, esto de esperar a que ella lo haga me desesperaba, no me gustaba verla así.

El timbre anunció la salida de las aulas y enseguida un sonriente Erick se encontraba con nosotras saludando con beso a todas, Damián nos dijo que nos veía dentro de un rato.

DESCONOCIDOS [Tó]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora