Capítulo VII

2 1 0
                                    

Delante de mí se encontraba una señora más o menos de la edad de mi madre, blanca, con ojos azules y cabello amarillo, es muy hermosa a decir verdad pero tiene apariencia de no haber dormido en dos días, unas grandes ojeras se posaban debajo de sus ojos, me encontraba confundida no recuerdo haber visto a esta señora en ningún momento de mi corta mi vida, no sabía si ignorarla y pasar a mi casa o sentarme junto a ella, preguntarle quién es y qué hace sentada frente a la puerta de entrada, quisiera o no, debía hacerlo, no puedo entrar con ella obstruyendo el paso. Antes de que pudiera pronunciar una palabra se levantó en dirección a dónde estaba, definitivamente era la persona a la cual esperaba tan ansiosamente.

No entiendo nada.

- ¿Eres Sky?.- Me preguntó detallando cada parte de mí, lo cual me ponía incómoda y algo nerviosa.

- ¿La conozco?.- Le pregunté sin pensarlo dos veces. Ella se quedó callada unos cuantos segundos al escuchar mi pregunta tan directa.

- No me conoces y perdón si te asusté pero sé que eres mejor amiga de mi hija...- Lo que acababa de decir me dejó helada, ¿La mamá de Lía?, ¿Cómo es esto posible?, Si antes no entendía ahora menos.- Entiendo que estes confundida.- Añadió al notar mi cara, mi mente no dejaba de dar vueltas.- Y verdaderamente disculpame por llegar así sin más, sé que eres muy cercana a ella y sólo quiero darle un mensaje pero lamentablemente Ana ni ella quieren escucharme, ni siquiera verme y tal vez a ti Lía te preste atención... No las culpo de todo el odio y dolor que les pude haber causado a ambas.- Sacó una carta de su cartera con unas palabras escritas al frente "espero puedan perdonarme", me entregó el pequeño sobre y se fue, sin decir nada más.

Volví a mirar el sobre que se encontraba en mis manos, todavía seguía en Shock no creía nada de lo que había pasado, hasta me pellizque para comprobar que no estaba soñando y no, no lo estaba. No podía dejarla ir así, sin mas, necesitaba saber a qué se debía todo esto pero cuando quise salir corriendo a buscarla ya no estaba.

Mierda.

En serio empezaba a dudar de mi cordura, no llevaba ni veinte minutos de haberse marchado y ya no la veía por ningún lado, no recuerdo haber visto ningún carro cerca o por lo menos no lo noté de todas formas no puedo estar loca ya que la carta seguía dónde la había dejado. Pasé a mi casa aún estando confundida.

- Pensé que no llegarías.- Dijo mi madre al verme pasar entre la sala hacía las escaleras.

- Se nos hizo un poco tarde, estoy cansada, buenas noches.- Mentí y no logre escuchar si respondió a lo que le dije.

Terminé de subir hacía mi recámara dejé el trozo de papel junto a mi cartera en la mesa de noche, me di una larga ducha y a la cama. Mi mente no dejaba de repasar la misma escena una y otra vez, me hacía cientos de preguntas como: ¿Por qué cree que Lía me escucharía?, ¿Será que si se la entrego la leerá?, ¿Es posible que la deseche?, ¿Cómo hizo para ubicar mi casa?, ¿Quién le dio mi dirección?... Simplemente no paraban, era una tras otra y tras otra, tampoco estaba segura en darle la carta a Lia, no sabía cómo hacerlo, si a penas se le ha pasado la rabia de la última vez que tocamos el tema.

Afgs, ¿Por qué me ponen en estas situaciones?

Estuve despierta unos cuantos minutos más llenando mi mente de formas en como entregarle el sobre a mi amiga sin morir en el intento, pero sin previo aviso Morfeo se apoderó de mí llevandome a su reino.

...

Mi teléfono no dejaba de sonar y siendo sincera no lo queria revisar, me encontraba durmiendo riquísimo como para dejar la cama así de fácil pero tanta insistencia debía ser por algo, abrí los ojos como pude y revisé el pequeño aparato para ver quién era la persona que perturbaba mi mañana.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 26, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DESCONOCIDOS [Tó]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora