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Una vez que terminé de guardar todo, Mike y yo nos dirigimos a la sala de estar en la cual habíamos estado previamente, y yo me dejé caer sobre el sofá. Casi leyéndome la mente, él se sentó a mi lado y me miró para hacerme una pregunta.

- ¿en qué piensas?- habló en un tono calmo. Yo me debatí sobre si contarle o no. No quería hacerlo sentir mal, pero en verdad necesitaba hablar con alguien.

- Nunca fue mi intención herir a Rob. Yo lo aprecio mucho, y jamás hubiese querido lastimarlo.- solté. Rápidamente sentí el nudo en mi garganta formarse al pensar en toda la situación.

- Lo sé, sé que es así, sé que no fue tu intención. Pero no tienes la culpa.- dijo él. Yo pensé en la frase que Mary me había dicho, "es mejor ser sincero que vivir una mentira". Yo suspiré y asentí.

- Lo sé.- murmuré.- bonita casa.- dije, tratando de cambiar el clima. Él sonrió.

- Supongo, si.- respondió él.- ¿quieres ver mi sala favorita?- preguntó. Yo fruncí el ceño y él sonrió maliciosamente, para luego levantarse de un salto. Él me tendió la mano y yo la acepté, levantándome también del sofá. Sin soltar mi mano, Mike caminó por un pasillo, y se detuvo en la tercera puerta de la derecha. Él se giró a verme antes de abrir la puerta y entrar en la habitación. Yo entré lentamente y observé la sala, la cual estaba llena de todo tipo de instrumentos. Mike se acercó a un piano, y me indicó con un movimiento de cabeza que me acercara a él. Ambos nos sentamos en el banco frente al piano, y él empezó a tocar. Cantó un par de líneas, y luego se detuvo.

- Es muy bonita.- dije yo sincera.

- Aún no está terminada.- habló él.

- ¿tiene un nombre?- lo miré. Él me sonrió antes de responder.

- Heavy.-

***

Cuando las horas pasaron y la noche cayó, abandonamos la sala de música y nos dirigimos a la cocina.

- ¿tienes hambre?- preguntó él. Yo asentí rápidamente, a lo que él rió.

- Demasiada.- dije entre risas.

- Pues, lamento decirte que no sé cocinar más que una simple hamburguesa.- respondió él, acompañándome en la risa. Yo negué con la cabeza.

- Déjame la cocina a mi.- dije, caminando hacia el refrigerador. Abrí éste y observé la comida dentro. Luego de observar nuestras posibilidades durante unos segundos, me decidí por algo simple y rápido; una pizza casera. Tomé los ingredientes, junto con la harina, y empecé a preparar la masa. Una vez que estuvo lista, añadí los ingredientes y la metí en el horno. Me lavé las manos, quitando los restos de masa cruda de estas, y me dirigí a la sala de estar, sentándome junto a Mike. Yo lo observé y noté que estaba escribiendo en un papel.

- ¿aún sigues trabajando en canciónes? ¿Luego de toda la tarde de practicar?- reí.

- Así soy yo.- me sonrió, antes de acercarse a mi y besarme tiernamente.

Numb |MIKE SHINODA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora