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La sala de espera estaba repleta de mujeres, algunas junto a sus parejas, y muchas con su ya notoria panza. El bullicio del lugar provocaba ansiedad en mi, lo cual supuse que Mike notó, ya que me tomó la mano. Yo lo miré y él me ofreció una cálida sonrisa, lo cual funcionó para calmarme. Me encontraba observándolo, estupidizada, cuando oí mi nombre salir de la voz de una doctora. Yo me levanté, al igual que Mike, y ambos caminamos hasta la oficina, cerrando la puerta detrás de nosotros.

- Hannah Donovan, ¿verdad?- preguntó la doctora, sin alzar la vista de unos papeles.

- Así es.- respondí yo.

- Muy bien, cuéntenme qué sucede.- preguntó, esta vez clavando su vista en mi. Yo me sentí algo presionada por su serio gesto.

- Pues, hace ya unas dos semanas que me hice un test de embarazo, el cual salió positivo. Vine aquí para hacerme los controles que sé que son rutina en estos casos.- expliqué yo. La doctora me observó durante unos segundos que, para mi, parecían interminables.

- ¿qué edad tienes?- preguntó.

- 24.- respondí yo. Ella volvió a verme, y luego desvió su vista por primera vez hacia Mike.

- ¿tú cuántos años tienes?- le preguntó.

- 30.- respondió él, algo confundido de que le preguntaran su edad. La doctora volvió a mirarme.

- ¿no eres un poco joven para tu pareja.- preguntó. Yo fruncí el ceño, totalmente incrédula de la situación.

- ¿disculpe?- pregunté, aún sin terminar de creerme lo que ella había dicho.

- Simplemente digo. Muchas jovencitas como tú terminan en estas situaciones gracias a hombres mayores como él. Es incluso lamentable.- habló en tono despreocupado. Yo levanté ambas cejas.

- ¿acaso cree que un embarazo es lamentable? ¿no es ese el motivo de su trabajo?- la miré, algo molesta.

- ¿acaso buscaste ese bebé?- preguntó ella. Yo me quedé en silencio. No sabía que responder, no quería darle la razón.

- El hecho de que no lo haya buscado no significa que no lo quiera.- contraataqué. Ella dejó salir una corta risa burlona.

- Todas dicen eso. Por supuesto, cambian de opinión cuando ya es demasiado tarde.- comentó. Yo cerré los ojos y sacudí levemente la cabeza, como si tratara de despertarme de un extraño sueño.

- ¿y tú, muchacho? ¿no te sientes responsable por lo que has causado?- le preguntó a Mike.

- Pues, claro que asumo la responsabilidad, pero eso no significa que haya hecho algo malo.- respondió él, y también pude notar incredulidad en su voz.

- ¿cómo que no? esta chica tiene toda una vida por delante. No creo que haya sido la mejor opción tener un hijo a esta edad. Y menos con alguien que es mayor que ella, y que fácilmente la puede manipular a gusto.- habló, pero yo la corté en cuanto le oí decir eso.

- ¡oiga!- exclame, levantando por primera vez la voz. Realmente ya me estaba haciendo perder la paciencia.- no sé que clase de persona tomaría un trabajo como éste para luego decir cosas así, pero le pido simplemente que se limite a hacer su trabajo y ya.- ordené. Pude notar su expresión pasar de seria rápidamente a enojada.

- Pues discúlpame por simplemente tratar de abrirle los ojos a pequeñas zorras como tú.- dijo. Yo iba a defenderme, pero Mike me interrumpió, levantándose bruscamente de la silla.

- ¡hey! no se atreva a hablarle así a mi mujer.- exclamó él, enfadado.- vámonos, Hannah.- pidió, sin quitar la vista de la doctora. Yo me levanté y tomé su mano.- tiene asegurado el hecho de que perderá su trabajo, así que disfrútelo mientras pueda.- afirmó en tono serio y apuntándola con un dedo acusador. Yo tiré de su mano.

- Déjala, Mike, vámonos.- pedí. Él la fulminó con la mirada, para luego abrir la puerta bruscamente, caminando a paso apurado.

Numb |MIKE SHINODA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora