Las palabras se deslizaban por su boca, se arrastraban por el aire y se diluían al rededor de sus largos dedos.Alba las observaba tratar de llegar a ella sin éxito. Desaparecían a mitad de camino y se mezclaban con el aire increíblemente limpio de la sala. Sus restos chocaban contra las paredes blancas y llegaban a ella en susurros que no era capaz de escuchar.
Sabía que esto era importante, pero también sabía que la palabra importante acababa de cambiar drásticamente en su vida. Todas las cosas que consideraba vitales ahora ni siquiera ocupaban un rincón en su cabeza.
– Paliativos. – Consiguió distinguir entre la maraña de palabras y el coma emocional de su cabeza.
– ¿Perdón? – Articuló en un susurro.
La vio suspirar e inclinarse en la mesa, rozando su mano.
– Sé que esto es difícil, Alba; pero necesito que pongas atención. – Alba asintió, tratando de poner orden en su silencio. – En seis meses aproximadamente, el deterioro será tan grande que habrá que considerar cuidados paliativos.
Alba suspiró y la mujer recuperó su postura recta y firme.
– Vamos a probar esta medicación para frenar los efectos y el dolor. Te tomas tres al día, mañana, tarde y noche y me vas contando. ¿Has buscado un terapeuta especializado?
Alba asintió de nuevo, abrumada por tanta información seguida tras haber desconectado durante tanto tiempo. No notaba emoción primaria alguna, ni tristeza, ni miedo; sólo ganas de salir de allí.
– Nos vemos la semana que viene. Recuerda apoyarte en tu familia y vivir el día a día con tranquilidad. – Sonaba a frase de libro de texto de universidad de medicina, concretamente de alguna clase obligada de psicología con el paciente. Se preguntó si la habría ensayado frente al espejo cada día hasta conseguir el nivel de pena con la que se la dijo. Recogió sus cosas despacio y salió de la consulta camino a casa.
Su familia. No había llamado desde hacía un tiempo, y menos para contarles que estaba enferma. La Rafi se pondría histérica y le haría volver a Elche, y si algo quería evitar era precisamente eso.
Con quien sí hablaba más era con su hermana, pero aún no le había dado la noticia.
¿Cómo le cuentas a tu familia que te queda un año de vida?
Más bien, ¿cómo le cuentas a tu familia que llevas meses sometiendote a pruebas sin fin, perdiendo clase y horas de sueño y buscando una forma de parar los dolores y desmayos? ¿Cómo le cuentas que entraste por la puerta del hospital buscando ayuda y saliste con una cuenta atrás?
Ni siquiera entendía cómo funcionaba la degeneración de su enfermedad. No entendía si la había tenido desde siempre o si la acababa de desarrollar. No entendía lo que estaba ocurriendo ni lo que iba a ocurrir, no procesaba, no conectaba.
Caminó sin rumbo por las calles sucias de Madrid. Tenía que cancelar la matrícula de la universidad, pero todavía no. Era pronto para afrontarlo. Tenía que hablar con su familia, pero todavía no. Era pronto para destruirlos. Tenía que buscar a sus amigos. Sus amigos. Se preguntó si la echarían de menos.
Pasó de largo por su portal sin darse cuenta. Miraba al suelo sin parar, buscando la respuesta a todos los problemas pero se le acumulaban las preguntas, las dudas y las cosas que hacer. Planear una muerte era muy difícil, dejarlo todo preparado para cuando se fuera sonaba terrible. Tenía ganas de tumbarse y dejarse ir lentamente, sin hablar con nadie.
Encontró un oasis entre la sequía de sentimientos de su pecho y se llenó por un momento de ansiedad. Todo se acumuló en su cabeza sin dejar hueco para el aire y entonces echó a correr sin rumbo, con lágrimas en los ojos y sin poder respirar.
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timeskip (fic abandonado)
FanfictionEl día que recibe la peor noticia de su vida es el día que la conoce y todo pierde y gana el sentido que faltaba. Albalia.