La vida gotea sarcasmos tan dulces como la miel y tan espesos como arenas movedizas, te regala ansiedad y promesas vacías en pequeñas muestras gratuitas que ni siquiera quieres aceptar. La vida ocurre tan despacio y tan deprisa que el tiempo se enreda y te envuelve en historias sin final alternativo y no tienes más remedio que seguir hacia delante cuando todo lo que te gustaría es ir hacia atrás y cambiarlo todo. Cambiarte.Natalia se estiró sobre su asiento. La lírica y poesía de los ojos de Alba Reche la habían distraído más que de costumbre esa mañana. Miki le pasó un brazo amistoso por la espalda.
– Ya queda nada para irnos a casa. Tienes todo el finde para dormir.
– No tengo sueño. – Murmuró Natalia.
– Pues ya me dirás entonces qué es esa carita de cansancio que me traes.
Natalia río y trató de concentrarse de nuevo en la clase. Dormir, dormía; al menos lo suficiente como para funcionar día tras día. El cansancio era emocional, traidor y receloso. Se encorvó un poco, pensando que tal vez así el dolor ajeno que aguantaba sería más sencillo de cargar en su espalda.
Las palabras de su profesor de historia musical se deshacían en el ambiente y llegaban a ella como murmullos. La clase estaba en silencio, sin embargo para ella todo eran gritos mudos y su cabeza montando una orquesta de agobio y preocupación.
¿Qué estarás haciendo?
Sacó el móvil y echó otro vistazo furtivo a los mensajes. Alba le había mandado unas fotos de una camiseta que le recordaba a ella. Se rió y le respondió que le gustaba mucho.
Como tú.
Recordó lo que le había dicho la noche anterior. Esa mañana iba a ir con María a comprar ropa porque había adelgazado y no le valían los pantalones. Natalia quiso preguntarle por las clases, pero supuso que por saltarse un día no le pasaría nada. O tal vez no tuviera clase los viernes. Miró la hora. Salía en menos de veinte minutos y lo único que quería era echarse en la cama y verla a ella.
Pero no habían quedado y Natalia no quería ser insistente.
Se entretuvo con Miki jugando al ahorcado hasta que las clases terminaron y éste se despidió contento. Hoy estaba de buen humor porque se iba a Barcelona a visitar a su familia. Natalia observó su dolor solitario diluido. Supuso que en Cataluña le esperaban sus amigos y que este viaje le hacía verdadera ilusión. Se alegró mucho por él y le pidió que le mandaste fotos de la ciudad.
Se dirigió perezosa hacia el metro, pero en el último momento decidió caminar. El aire fresco le ayudó a desperezarse y a dejar de pensar. Se puso los cascos y disfrutó del paseo a casa. Su móvil vibró. Un audio de Alba.
"Nena, ¿has salido ya de clase? Alba se está probando un vestido que bua, flipas. En fin, que vamos a comer ramen al centro y luego vamos a ir al parque de tranquileo. ¿Te vienes?"
Natalia río por la situación. María le había debido robar el móvil a Alba cuando ella estaba en los probadores.
"no le molestará que vaya?
Estás tonta??? lo que le molesta es que no le comas la boca ya"
Natalia echó a reír de nuevo, sonrojada por la situación. Imaginó que Alba se moriría de vergüenza cuando lo leyese luego, pero aceptó la ubicación que le mandó la rubia y cogió el siguiente metro en su dirección. Escribió a Marta. Al parecer la morena iría al parque más tarde.
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timeskip (fic abandonado)
FanfictionEl día que recibe la peor noticia de su vida es el día que la conoce y todo pierde y gana el sentido que faltaba. Albalia.