II

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Soñó con manchas de pintura hechas en acuarela y con paredes de gotelé derretido. Con pájaros de metal y jaulas de plumas. Soñó que volvía sobre sus pasos y tomaba otras decisiones, escogía otros caminos. Soñó que impedía su muerte y que la buscaba y se despertó con la boca seca y las ideas descolocadas. Se quedó tumbada mirando al techo, sin saber si el último mes de su vida había sido real o sólo un delirio absurdo provocado por un exceso del alcohol. Las sábanas conocidas arañaban su piel y se libró de ellas despacio, decidida a tomar una ducha. Era cerca del mediodía y mientras se desnudaba, fue recordando el día anterior por escenas, como un resumen malo de una película dramática que nadie quiere ver.

El agua fría insensibilizó su piel y se perdió en un mar de pensamientos vacíos. Ahora que sabía que su línea de vida tenía fecha de caducidad, las cosas cambiaban considerablemente. Su carrera, motivo de felicidad diaria durante los tres años anteriores; ahora era una pérdida de tiempo. Su familia, personas de las que se había alejado para cumplir su sueño en la capital, eran ahora a las que más y menos quería ver, paralelamente. La música que antes cantaba alegremente ahora le calaba hasta los huesos. Los amigos con los que había compartido tantas cosas seguirían sin ella. Era como sentarse en medio del camino y observar como todos continuaban sin poder girarse y llevarla con ellos.

No conectaba con el dolor que flotaba en el aire, así que no lloraba. No tenía miedo a la muerte en sí, sino a hacer daño a todas aquellas personas que sólo habían arrancado sonrisas en ella desde que recordaba. No era justo. Nada era justo.

Salió de la ducha cuando dejó de sentir los dedos y se envolvió en la toalla. El cuerpo entumecido le dolía ligeramente y aunque llevaba ya meses reconociendo sus síntomas, en aquél momento no supo apreciar de dónde venían o lo que significaban.

Se alejó del baño ya vestida y entró en la cocina. Encontró un plato de sopa en el microondas y una nota pegada en la nevera.

"Me he ido a trabajar, come algo y tómate la medicación. Te quiero muchísimo, esta noche nos vemos que hay plan."

Sonrió ligeramente y programó unos minutos en el microondas para calentar la comida. Luego, despegó el post-it de la nevera y lo llevó a su cuarto, pegándolo con el resto de notitas que María le había ido dejando a lo largo de su amistad. Las tenía todas pegadas en la pared, detrás de su corcho. Nunca se lo había dicho porque pensaba que la rubia se reiría de ella, pero guardaba todas y cada uno de los detalles que había recibido de sus amigos, hasta los más tontos. Las notitas de María, concretamente; le ayudaban muchísimo cuando las cosas pesaban más de lo que ella podía aguantar. Cuando escuchó el pitido del microondas, colocó de nuevo el corcho y se encaminó a la cocina con paso lento y desganado.

Se tomó la sopa casi con agonía, ya que tenía la garganta agarrotada y sentía como el líquido cayendo por ella arrastraba todo el dolor de su cuerpo y lo removía en su estómago. Se terminó medio plato y suspiró, apartando el resto para más tarde. Observó las cajas con la medicación. Abrió la primera y leyó detenidamente el prospecto. Tres veces al día, una pastilla, no mezclar con alcohol, droga... Abrió el segundo y el tercer paquete y continuó leyendo. Pueden provocar pérdida de peso, diarrea, vómitos, fiebres, llamar al médico si... Ir al hospital por... No tomar con... Alba se abrumó y las apartó de un golpe.

"Qué más da." Pensó, mientras las metía en un cajón sin siquiera tomarlas. "Me voy a morir igual."

Guardó el resto de la sopa, sabiendo que su promesa de tomársela luego se disolvía ya en el aire. Lavó el plato y la cuchara y se sentó en el sillón, poniendo la televisión para hacer ruido de fondo y cerrando los ojos.

Un sonido suave le hizo abrirlos. No había pasado ni una hora, pero el cielo oscurecía y ensombrecía la estancia de manera agobiante. Se sintió sola y comenzó a notar las garras de la ansiedad subir por su espina dorsal. Otro sonido la alertó y vio que provenía de su móvil. Lo desbloqueó y la luz blanca iluminó la estancia y espantó momentáneamente la agonía desesperante.

timeskip (fic abandonado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora