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Era una agradable tarde de otoño. Para algunos...
En donde los estudiantes salían del colegio para dirigirse a sus hogares, mientras tanto un grupo de alumnos acorralaban a otro en la parte trasera del colegio.

Katsuki Bakugô junto con su inseparable grupo de amigos, acorralaban a Izuku Midoriya que tenía más de un hematoma en su rostro y cuerpo, mientas lagrimas caían de sus orbes verdes y pequeñas súplicas salían de sus labios pidiendo que lo lo dejarán en paz, pero estas era ignoradas; lo golpearon e insultaron hasta que se cansaron y decidieron dejarlo sólo.
Grave error.
Después de que Bakugô se fuese con sus amigos se quedó en en piso frío mientras trataba de recuperar fuerzas para regresar a casa, como pudo se levantó y salió de la escuela a paso lento sin darse cuenta que lo estaban esperando.
Paso por el parque donde paso la mayor parte de su infancia con Bakugô, pero ahora no quería recordar todo eso. Sin más se adentró a este y se encaminó al columpio sentándose en este balanceandoce de manera lenta, mientras las lagrimas salían de nuevo sin previó aviso.
Tan sumido estaba en sus pensamientos que no sintió como se acercaban de manera lenta hacía el hasta cuando lo tomaron de manera brusca,  taparon su nariz y boca con un trapo que al parecer tenía un líquido con el cual calló inconciente de manera rápida.
Si hubiera seguido su camino a casa, tal vez solo tal vez no estaría en donde esta ahora.

Un infierno lleno de dolor y sufrimiento.

MUERTO EN VIDA. (Katsudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora