Me levanto enérgicamente de la cama y entro al baño cogiendo algo de ropa. Después de 20 minutos salgo vestida y ya arreglada y me dirijo hasta la cocina.
-¿Puedo salir a caminar un rato alrededor? -me dirijo a mi tía, quien está todavía con el pijama.
-Claro, ten cuidado y no tardes mucho -. Asiento y me despido con la cabeza mientras salgo hacia el pasillo y seguido prefiero tomar las escaleras saltando.
Me entretengo por los pisos y al llegar al vestíbulo una rubia de ojos almendrados y baja está entrando.
-¡Hola! Eres la nueva, ¿no? -afirma en realidad.
-Supongo que es obvio -reí.
-Me agradas. Soy Katie -ella camina de espalda y hace un gesto y sonríe. -Nos vemos. Asentí y le devolví el saludo.
Después de ese extraño encuentro, salgo hasta la calle y me coloco los audífonos. Me sorprende que no me haya caído o mareado por lo rápido que mi cabeza iba de un lado a otro, casi chocó con varias personas, debo de admitir. El cielo está ligeramente nublado con un débil y no puedo evitar sonreír cuando paso frente a una juguetería y en la vitrina hay un figura de cartón de un robot. Sigo caminando y tomo asiento en una mesa de un café.
-Buenos días. ¿Le tomo el pedido? -un chico de pelo color café claro y ojos verdes se acercó con una libreta.
-Un sandwich simple y jugo de naranja, por favor. Pude notar como hacía una sonrisa coqueta y lo anotaba.
Después de unos pocos minutos él llegó con la orden. Comí en silencio mientras admiraba a mi alrededor y luego pedí la cuenta.
-Va por la cuenta de la casa, solo tienes que dejar tu nombre y tu número.
-Gracias, no te conozco. Solamente te prometo que volveré y me quedaré por más rato.
-Estoy los miércoles, jueves, viernes y domingo. Te esperaré -en la cuenta le escribí mi nombre y que pasaría pronto. -Soy Tyler.
-Un gusto, nos vemos.
Salí y tomé otra calle en la que compré algunas cosas para familiares y amigos como recuerdos de Londres. Sé que no funcionan, pero cuando pasé por una tienda en la cual vendían artículos de Harry Potter no pude evitar comprarme un uniforme de Hogwarts con la casa a la que pertenezco, Slytheryn, y una varita y otras cosas como grageas y artilugios Weasley. Pasé por un parque en el que vi a varias parejas bien melosas y me compré un helado a pesar de que no hacía mucho calor. En ese parque encontré una laguna para nada concurrida ya que estaba algo oculta por unos árboles; alrededor tenía unos árboles secos sin ninguna hoja y otros iguales, pero con flores de rosa claro que caían delicadamente en la laguna y se colocaban alrededor de unos patos con pocas semillas alrededor que éstos intentaban atrapar.
Me dirigí por una calle después de un rato al salir por el que sabía que sería mi nuevo lugar y me pareció que había visto una silueta familiar a lo lejos. Me contuve de ir hasta allí y seguí mi camino. Después de intentar ubicarme me perdí. No tenía ni una idea de donde estaba. Continué caminando un poco y entré por una calle parecida a la primera que encontré, entré por algo que resultó ser un callejón de mal aspecto. A lo lejos pude divisar unos vagos durmiendo entre arapos y desgastadas mantas. Me comencé a asustar y empecé a devolverme y sacar mi teléfono, luego sentí como detrás mío me lo quitaban. Ahogué un grito cuando una mano me tapó la boca.
-Alguien como tú no debería de andar sola en estos lugares -dijo una voz ronca. Giré sobre mis talones y me sorprendí de con quien me encontré.
