Harry James Potter, el gran salvador del mundo mágico, un alfa de todas cualidades, un semental, un héroe, el hombre más codiciado entre las brujas, todas esas cosas molestaban cada día más al mencionado.
Por lo mismo que era tan deseado, aquello lo convertía en un supuesto galante, no iba de cama en cama, no se acostaba con cualquiera, pero si iba de relacion en relacion, que de no ser porque duraban semana y poco más no valdrían como tal, todos deseaban su trozo del salvador del mundo mágico ingles.
Trabajaba como auror, paso de forma directa, ni siquiera tuvo que terminar Hogwarts para empezar a trabajar, había demostrado ya su capacidad y valía derrotando a Voldemort.
Había dejado las cosas con Ginny, simplemente no funcionaban más, tenían muchas diferencias y lo suyo se convirtió más una rutina aburrida y cansada que una relación de verdad, peleas, discusiones, gritos, estaba cansado, así que decidió que lo más sano era cortar esa relación. Desde que se volvió soltero tuvo una enorme lista de algunos "interesados" en su persona, aunque realmente se sentía más un producto en escaparate que una persona de verdad.
El sueño de Harry siempre fue tener una familia que le quiciera, que le amara, una familia propia, tener hijos y una pareja, pero a ese paso, le parecía más un sueño inalcanzable, se sentía más frustrado que cuando antes lo perseguía ese maniático para matarlo, parecía ser un maldito desgraciado, tenía el gran descaro de pedir tranquilidad, querer ser amado, el mundo mágico le escupía en la cara, ¿Estar tranquilo? ¿Después de salvar al mundo mágico? ¿Acaso perdió la cabeza?, parecía ser un pecado pedir amor, algo real, no una farsa, no alguien que quisiera su dinero, su fama que no pidió.
Así que se retiró, se había cansado, se resignó a ser el asombroso salvador y no un humano, abandonó el amor por tanto tiempo que parecía no ser verdad, ahora tenía veinte y decidió que quería intentar de nuevo, se sentía solo, quería tener una pareja real, vivir su vida.
—¿No has intentado con las citas a ciegas?— preguntó Hermione tomando una de sus galletas.
Habían ido a una cafetería, él, Hermione y Luna, sus amigos barones, la mayoría de ellos, no le veían lo malo de tener un acostón ¡Era sexo gratis! con quien quisiera y cuanto quisiera, pero ellos no entendían la profundidad del asunto, sólo podía confiar en sus dos amigas, tan inteligentes y diferentes la una de la otra, tendría una visión más realista, como una más abierta y positiva.
—¿No sería lo mismo? habrá quienes quieran acaparar el espacio solo por besar mis pies, harán lo que sea por tener al "salvador del mundo mágico" no a Harry— Suspiró con bastante decepción clavando el tenedor en su pastel de chocolate.
—¿Qué te parece cazador de citas?— dijo Luna con una sonrisa tras dejar de beber su malteada.
—¿Cazador de citas? ¿Qué es eso?— preguntó curioso.
—Es un lugar en donde mandas una carta solicitando la oportunidad de encontrar una pareja, ellos te envían unas condiciones, pagas, firmas, mandan una breve descripción que no revele nada y empiezas a mandar cartas, recibes respuestas, todo bajo el anonimato, si no congenian pides otra persona y vuelves a empezar, todo es anonimo y hasta que estan seguros de que tienen un interés mutuo y podría funcionar se da el siguiente paso— explico la chica sin apartar la mirada del de ojos verdes que brillaban ilusionados.
—¿Como sabes de ello?— cuestiono la castaña no muy confiada de aquello
— Salió en el quisquilloso el año pasado, ha tenido cierta popularidad oculta, el cien por ciento asegurado de que encontraras a alguien, ahí todos tienen oportunidad, trasciende de lo físico y se centra más en una compatibilidad emocional que es lo que hace duraderas las relaciones.— Hermione seguía sin confiar hoy en día en esa revista, pero luna había aprendido a filtrar un poco todo lo que dice ahí, se veía tan convencida.
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Cazador de citas
FanfictionHarry está harto de la vida pública y no poder conseguir pareja, no una de verdad. Sus amigos dicen que es un exagerado, pero ellos no tienen el problema de estar rodeado de gente interesada, todos aman al salvador del mundo mágico, pero nadie ama a...