La decepción del espejo

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No entiendo a mi espejo.

Son tantas las ocasiones en que me veo en él,

Son las mismas tantas las que me enseña a alguien distinto.

Me agrava mi cara, la que le presento al mundo,

me duelen los ojos de tanto buscarme.





El timón de una vida es el que se tiene en las manos,

El barco del tiempo es el que se pierde en altamar.

La tripulación es pasajera y te busca sólo por contrato.

Mi barco es mío, mi barco es propio y no sé quién construyó mi barco.



El espejo en el baño de mi cuarto,

me cuenta la historia de un niño;

Un niño sin padres ni hermanos,

Un niño sin casa ni ropaje.





El niño que antes sonreía, hoy se encuentra llorando.

Había encontrado sustento en el futuro,

El futuro le mintió, le cobró con años.

Lo tiró de su barco para que navegara nadando.



Su gran decepción tocó la puerta de su cuarto,

Cuando se dio cuenta de que había crecido.

Crecer es una trampa que se vende como una mentira;

Es una delicia que se convierte en cal y tierra.





Cayó en cuenta, el pequeño, de que no sabía nada.

Le contó el tiempo que no valía la pena.

Pensó haber estado danzando con el arte,

Para darse cuenta de que era el diablo quien lo llevaba a Marte.





Yo soy el pequeño al que le mintió el espejo,

El mismo que llora porque extraña perseguir conejos.

Yo soy el hombre que recuerda sonreír.

Yo soy el hombre que anhela volver a vivir.





Me decepcionaron todos, me decepcionó mi madre,

Aquella que alguna tarde me rogó que aguantase.

Son estas letras las que me dicen la verdad.

Es mi pluma mi única compañía, la que me regala lealtad.



La gran decepción es crecer,

La gran decepción es buscar.

La gran decepción es amar,

La gran decepción es llorar.





La gran decepción son todos los que me conocieron

y jamás me avisaron de lo que la vida me tenía deparado.

La gran decepción son ellos mismos, que decían que me querían,

Pero cuando me vieron llorando, jamás se pusieron de rodillas.





Todas las noches le cuento mis sueños mis penas,

Ellos las escuchan, las utilizan para construir castillos.

La gran decepción son ellos, pues sus mundos son de mentira.

La gran decepción soy yo, que por cada sueño en la mano llevo un anillo.





La gran decepción es ella, que se dijo ser mía.

Encontré cobijo en sus ojos y en su voz dulce melodía.

La gran decepción fue ella, cuando le conté todo esto,

Y que cuando le dije ser suyo, me invitó a salir de su vida.





La gran decepción es mi reloj, que entre risas cuenta mis días.

Mis ropas, mis lentes y mantos,

mis manos y melodías.





La gran decepción es crecer,

la gran decepción es cantar.

La gran decepción son mis ojos,

que antes buscaban al mar.

La gran decepción son mis ojos,

que hoy no cesan de llorar.

La gran decepción es mi ventana,

Aquella por la que antes me escapaba,

Hoy mi ventana está cerrada,

en su lugar hay yeso y una pared agrietada.





Más aún, hay una decepción más grande;

Es la más maldita de todas mis naciones.

La gran decepción no es mi llanto,

tampoco lo es pensar,

Es saber saber que cuando acabe de escribir esto,

en algún momento tendré que despertar.

J.A. Serafín

EfebomaníaWhere stories live. Discover now