—Yuuri yo, estoy dudando de lo que siento por ti —dice Viktor.
—¿Qué estás diciendo? —dice Yuuri con voz lastimera.
—Conocí a alguien y
—¿Me fuiste infiel? —interrumpe Yuuri.
—No Yuuri, claro que no —dice tomándole las manos—. Solo hemos hablado y pasado tiempo juntos.
—Me estás diciendo que no has querido salir conmigo ¿Por estar con él?
El silencio lo dijo todo, rompiendo en el proceso el corazón de Yuuri.
—Te amo Viktor, con toda mi alma, eso lo sabes y no sabes cómo me duele lo que estás diciendo —pero eso no era cierto Viktor podía ver el dolor en esos hermosos ojos cafés, esos ojos que nunca habían podido mentirle y en estos momentos le decían todo lo que su hermoso azabache estaba sufriendo—. Pero te agradezco que seas sincero conmigo y prefieras terminar todo antes de callarme.
—¿Terminar todo? —dice Viktor temeroso—. Yo no quiero terminar nada —dice tomando fuertemente a Yuuri de las manos.
El pánico en Víktor era grande, el sabía que no estaba bien lo que había hecho, que le había olvidado la promesa de ser siempre su prierdad hecha a Yuuri, pero se había sentido tan bien hablando con él, la conexión era tan sorprendente entre ellos que se había sentido en confianza desde que se conocieron. Las pláticas a lo largo de esos tres meses eran lo mejor de su día. Salir a tomar un café, un paseo por el parque dejaron de ser momentos que tuviera con Yuuri y pasaron a ser momentos que viviera con Alex, un ruso de delicadas facciones, cabello castaño claro y ojos color miel.
Lo conoció un día saliendo de una cafetería, había chocado con él y para disculparse le invitó un café, la conversación duro horas y cuando regreso a su hogar no se atrevió a decirle a su esposo que había perdido la noción del tiempo hablando con el.
Las salidas iniciaron siendo esporádicos, pequeños encuentros en cafeterías, algunas salidas al cine, pero rápidamente se convirtieron en reuniones diarias, que le tenían esperando ansioso el momento para volver a verlo. Corría a su encuentro terminando de trabajar, Yuuri creía que habían extendido sus horarios de trabajo, pero la culpa quedaba en el olvido en cuanto su mirada se posaba en esos ojos miel.
El sabía que sus sentimientos estaban cambiando por lo que había decidido hablarlo con Yuuri y confesarle lo que estaba cambiando en él. Todo antes de que hiciera algo horrible que no Yuuri ni el pudieran perdonar.
—Quiero el divorcio Viktor —dice Yuuri firmemente.
—No Yuuri, no necesitamos llegar a esos extremos —dice Viktor desesperado. El miedo que sentía al ver la posibilidad de perder a su esposo era enorme, pero tampoco se sentía capaz de dejar a Álex.
—¿Qué tengo que esperar? ¿A qué termines metiéndose con él? ¿A qué hagas algo que provoque que termine odiandote? No Viktor. Tu ya no sientes amor por mí y tengo que asumirlo —dice Yuuri con ojos llorosos.
—No Yuuri, espera, yo te amo y no quiero perderte —dice Viktor temblando. Yuuri para él era un ángel, aquél que lo había sacado del hoyo de la soledad en donde había estado hundido durante toda su vida.
Era cierto que añoraba los encuentros con el peli castaño, pero cuando volvía a casa, llegaba a ese lugar al que podía llamar hogar. Ese lugar donde se encontraba el hombre que todas las mañanas le sonreía y traía paz a su alma. Viktor no lograba entender cómo es que se podía sentir así con dos personas. Todos los días deseaba llegará el momento de ver a Álex, que llegara el momento en de volver a verlo y compartir una tarde de su vida con él. Pero cuando regresaba a casa, cuando entraba y recibía la sonrisa de Yuuri podía ver a su alrededor pequeños rastros de luz que iluminaban su vida y le hacían pensar «al fin estoy en casa». Lástima que tendría que lastimar a su amado solo para darse cuenta que era un iluso.
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OneShot Yuri On Ice!
FanfictionPequeños fragmentos que salieron de mi pequeña mente perversa en esos momentos de inspiración, después de frustrarme al leer una historia, etc. Viktuuri Otayuuri