Un atraco en la tienda

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En el recreo:

-Oigan, se han enterado que han atracado la tienda donde trabajaba la madre de Godínez?-dijo Quico.
-En serio?-preguntó Paty.
-Si, tendríamos que ir a ver-añadió Quico.
-Para que quieres ir a ver una tienda hecha trizas?-preguntó Ollie.
-Para investigar. Puede que Angelines (la madre de Godínez) todavía siga allí atrapada-
-Nunca pensé que diría esto, pero... Estoy de acuerdo con Quico-dijo la Chilindrina.
-Está bien. Cuando acabe el cole, nos vamos a investigar. Pero solo un pequeño vistazo-dijo Ollie.
-De acuerdo-dijo Ñoño.

Al terminar las clases:

-Venga, vamos a la tienda de Angelines-dijo la Popis.
Al llegar allí, todo estaba roto. Era una tienda de golosinas, pero habían robado todo. No habían dejado nada.
-Podrían haber dejado algo para mí-dijo Ollie un poco triste.
-Crees que los ladrones piensan en los demás?-dijo Quico mientras miraba a Ollie riéndose.
De repente, abrieron la despensa y se encontraron algo alucinante.
-Angelines?- dijeron todos.
Era ella y estaba atada y sin ninguna escapatoria.
-Estás bien? Que ha pasado?-preguntó Quico.
-Han atracado la tienda-dijo Angelines muy nerviosa.
-Vereis-empezó a explicar muy nerviosa-Vinieron 3 motoristas y el profesor Jirafales estaba aquí, y... Se lo llevaron-
-Lo encontraremos. Ya verás-dijo la Chilindrina mientras le abrazaba.

Al día siguiente:

Don Ramón volvió a dar clase a los niños. Había gato encerrado. El maestro Jirafales desaparece y nadie se preocupaba por él. Eso era muy raro.
-Chicos, vais a ir a investigar lo del profesor?-preguntó Roberto.
-Sí, por qué?-respondió Paty.
-Os puedo ayudar?-
-Claro. Luego, ven con nosotros-

Después de salir de la escuela, todos los niños fueron a la tienda a seguir investigando y Roberto encontró una pista interesante.
-Chicos mirad, un rastro de huellas de neumático. Y se dirigen hacía el viejo puente-
-Venga, sigamos las huellas de las llantas-dijo Ñoño.

Al llegar al viejo puente:

-Mirad, es el maestro Jirafales!-gritó Quico.
-Profesor!-gritaron todos.
Ayudaron al profesor a levantarse.
-Pero es muy raro, si el profesor Jirafales estaba aquí, dónde están los ladrones?-dijo Chente muy confuso.
-Claro, ya sé!-dijo Ollie.
-Qué pasa, Chavo?-preguntó la Chilindrina.
-Los ladrones se han marchado. Habrán dejado el alijo en algún lado, y trajeron al profesor hasta aquí para que muriera-
-Venga, chicos. Volvamos cada uno a su casa-dijo Roberto.
Chente y Ñoño iban agarrando al profesor para que no se cayera. Mientras, los demás iban delante, vigilando que no pasaran por ahí los motoristas.

Al llegar a la vecindad:

-Bien, Quico. Me parece que el profesor va a necesitar dormir en tu casa esta noche-dijo Manuel.
-Sí, tranquilo-contestó Quico.
Entre los 2 tumbaron al profesor en la cama de doña Florinda mientras los demás esperaban fuera.
Finalmente, cada uno se fue a su casa.

(Primera saga, segundo libro)El Chavo del 8 y los ladrones de MéxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora